me calma, me apartó de los vicios, afirma uno
Lunes 27 de mayo de 2019, p. a11
Sao Paulo. Una pasarela de moda rompe el ambiente dentro de una cárcel de máxima seguridad de Brasil, donde modelos de la Semana de la Moda de Sao Paulo presentaron una colección de croché realizada por los presos, espectadores del espectáculo en primera fila.
Bodis delicados, faldas coquetas y terminaciones con flecos son parte del desfile en el penal Adriano Marrey a las afueras de Sao Paulo. Con hilo color lavanda en mano, los reclusos hacen parte del público.
Este proyecto de rehabilitación, llamado Ponto Firme, busca ayudar a los detenidos a levantar su autoestima y enseñarles la técnica de tejido llamada croché.
Me sentí orgulloso de mí mismo, viendo una pieza mía en el desfile, una pieza como esa para el público, y más orgulloso todavía al saber que les gustó lo que hice
, contó Fidelison Borges, quien a sus 41 años cumple una condena de 18 por robo a mano armada y tráfico de drogas.
Unos 120 detenidos han participado en este programa desde que el diseñador de moda brasileño Gustavo Silvestre comenzó en 2016 a aplicarlo en las celdas de este país, el tercero en población carcelaria del planeta, con 730 mil reclusos, según cifras oficiales de ese año.
Reducir condena, uno de los incentivos
Como incentivo, ser parte de esta iniciativa les ayuda a reducir sus condenas en un día por cada 12 horas que completan en el taller.
Silvestre ha logrado vincular el proyecto en dos ocasiones a la Semana de la Moda de Sao Paulo, incluso poniendo a desfilar a algunos ex prisioneros con sus piezas de ganchillo ante el selecto público del mayor encuentro de moda de América Latina.
El tema de la colección de este año, escogido por los detenidos, fue Oportunidad
, explicó.
"A veces el preso está aquí con ganas de cambiar, de revaluar su vida y buscar nuevos caminos (...); pero cuando sale, los prejuicios y la falta de oportunidades son desafíos grandes. Muchas veces la persona no logra superar esa etapa y vuelve al crimen”, relató el diseñador.
Los internos no hacen caso a quienes se burlan de que los hombres hagan croché.
Hay gente que dice que es sólo para mujeres, pero yo no lo veo de esa manera
, expresó Islan da Luz, preso de 28 años que paga una sentencia por tráfico de drogas.
El croché “despertó una voluntad en mí, me calma, me apartó de vicios como fumar o drogarme", relató Felipe Santos da Silva, quien a los 28 años purga una condena de 11 por robo.