Sábado 25 de mayo de 2019, p. a10
Hace tres años que el gestor cultural Emiliano Escoto organiza el Pulquecinema, cineclub semanal en el centro cultural Expendio de Pulques Finos Los Insurgentes, y gracias a esta labor descubrió que menos de 30 por ciento de las películas que se producen anualmente en México –184, apenas en 2018, según cifras oficiales– logran tener distribución en las salas.
Por lo tanto, comenzó a rastrear la producción de cine mexicano contemporáneo y a presentarlo en la pantalla que se instaló en ese centro cultural; fundamentalmente, cintas que no se localizan fácilmente, producciones raras e independientes, como del Faro Aragón y de Oriente, de la Universidad Autónoma Metropolitana o la de Chapingo, del Campamento Audiovisual Itinerante de Oaxaca, entre muchos otros.
La perspectiva es brutal. Si a las películas no las programa un festival nadie las va a ver. Muchas veces estos cineastas ni siquiera cuentan con fondos públicos; lo que tienen es una camarita y muchas ganas de hacer las cosas
, dice Escoto.
Hace dos años que en la pulquería se organiza un taller semestral de creación de cine, dirigido por el uruguayo Juan Meza para quienes no saben nada de la técnica fílmica y tampoco son millonarios; al menos han generado seis cortometrajes y un largometraje. Se les enseña a utilizar los programas de edición, aunque no tengan una posproducción impresionante, pues abre la posibilidad de hacer, habitar y ser el cine
, explica en entrevista.
El gran estreno del primer Festival de Cine de Barrio será El abuelo banda (México, 2019), de Juan Meza, documental realizado con los alumnos del taller de cine de Los Insurgentes, que aborda el tema de las ofrendas nómadas en Ciudad Nezahualcóyotl, proyecto ejecutado en los años 80 para combatir los enfrentamientos violentos entre distintas pandillas. Dos hermanos tuvieron la iniciativa de reunir a sus integrantes el Día de Muertos, cuando ocurría una tregua para venera y cuando las propias víctimas de dichos enfrentamientos les permitieron constatar que sus aparentes diferencias no eran tan grandes ni profundas y las bandas rivales acabaron por hacer comunidad y trabajar juntas.
Al trabajar el documental, a Meza le quedó claro que ese era el espacio para un festival de cine, pero no querían bautizarlo internacional, así que acabaron por nombrarlo primer Festival de Cine de Barrio, pues su objetivo es construir comunidad y buscan mostrar el cine nacional de los principales festivales que no llega a las comunidades ni al duopolio empresarial que tienen los estrenos más grandes.
La primera edición del Festival de Cine de Barrio –que Emiliano Escoto dirige con Juan Meza–, se realizará entre el 24 y el 26 de mayo en el Centro Pluricultural (avenida San Ángel y calle San Bartolo en Ciudad Nezahualcóyotl), y rendirá homenaje al productor de Luis Buñuel, Gustavo Alatriste, que filmó Quien resulte responsable (México, 1971), además del estreno mundial de El abuelo banda (México, 2019), de Juan Meza; además de La palomilla salvaje (México, 2006), de Gustavo Gamou, o la ficción canibalista Somos lo que hay (México, 2010). Todas las funciones son de entrada gratuita.
No tendremos las grandes salas ni los grandes espacios con los recursos maravillosos de alta tecnología para presentar el cine en su mejor calidad que permita percibirlo de manera óptima, pero sí los espacios suficientes para que las películas sean vistas por quienes no suelen verlas. Es llenar estos huecos en la industria cinematográfica. Es un esfuerzo pequeño pero muy importante; hemos logrado un impacto reconocido por los grandes festivales como espacio de exhibición al que llega otro público.