No hay despidos, pero muchos médicos y enfermeras trabajan mediante ese rubro, eventuales o suplentes
Viernes 24 de mayo de 2019, p. 4
Los hospitales e institutos nacionales de salud han ocupado durante años a personal médico y de enfermería por honorarios, eventuales y mediante la figura de guardias y suplencias, con los cuales han cubierto la creciente demanda de atención. La cancelación de esos contratos, por instrucciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, generó desde enero pasado una crisis que se agudizará a partir de junio por las subsecuentes reservas
ordenadas por la dependencia federal.
En sentido estricto no ha habido despidos ni recorte de personal médico que involucraría las plazas de base. Pero la decisión de Hacienda de eliminar las contrataciones mencionadas, cuyo pago requiere asignaciones adicionales al presupuesto regular, explican la afectación que desde principios del año padecen los servicios clínicos.
Se han diferido consultas y cirugías y está en riesgo la continuidad de procedimientos de alta especialidad, como los trasplantes de órganos que se realizan en el Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG) y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
Como resultado de las tres reservas
presupuestales ordenadas por Hacienda, que suman mil 200 millones de pesos, de manera progresiva han empezado a repercutir en los servicios y está a punto de generar severos problemas, advierten los directores de una decena de hospitales e institutos de salud.
En un reporte elaborado por los funcionarios, señalan que ya hay deficiencias en asuntos básicos como la limpieza, la recolección de basura y residuos biológico infecciosos, lo cual aumenta el riesgo de que los pacientes adquieran infecciones intrahospitalarias. Estos males prolongan la estancia en los nosocomios y ponen en riesgo la vida de los enfermos.
Algunos hospitales resintieron este mes la falta de presupuesto. El informe indica que en el HIMFG se reducirán cirugías de alta especialidad, la atención a niños con cáncer, prematuros y con malformaciones congénitas. Además, a partir de este mes y en junio se tendrá que limitar el número de trasplantes renales, médula ósea, hígado, córneas y corazón, lo que aumentará la necesidad de tratamientos sustitutivos en el caso de niños con insuficiencia renal y riesgo de muerte.
Una situación similar se presenta en el Instituto de Pediatría y el INCMNSZ, cuyos directivos advierten que no podrán recibir nuevos enfermos y plantean que la solución es que se reintegre el presupuesto original e incluso que se aumente.
Los directivos resaltan las alteraciones en el clima laboral y la posibilidad de que ante las carencias los trabajadores realicen paros de labores, lo que afectaría la calidad de los servicios.
En el informe de los directores resalta la situación del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), con una retención presupuestal de casi 226 millones de pesos, debido al desafío que representa el cáncer en el país, pues se estima que hasta una tercera parte de los mexicanos podría desarrollar la enfermedad.
Cada año el Incan ha logrado el apoyo de los diputados para la asignación de recursos adicionales, con lo que se han puesto en marcha 11 programas especiales, como la Clínica de cáncer hereditario y la Unidad de diagnóstico temprano de cáncer de colon, única en el país.
El instituto también ha ido adquiriendo equipos de alta tecnología, como la Unidad de Ciclotrón y Radiofarmacia, que requieren de insumos para funcionar y producir sustancias radioactivas con las que se combaten algunas neoplasias.
Si dichas sustancias se tuvieran que comprar fuera para dar continuidad a las terapias, se requerirá de 17 millones de pesos adicionales al presupuesto regular cada año.
Respecto del personal médico, el reporte señala que el Incan solicitó 444 plazas pero le otorgaron 209. Esto, junto con la disminución de suplencias y turnos extras, pone en peligro la operación de servicios sustantivos
y que se subutilice la infraestructura existente.