Domingo 12 de mayo de 2019, p. 18
Pekín. El viceprimer ministro Liu He, principal negociador de China, manifestó ayer que las conversaciones entre Pekín y Washington por la disputa arancelaria no se han roto y continuarán en el país asiático, pero no especificó la fecha. Sin embargo, aclaró que su nación se opone a la más reciente alza de aranceles por Estados Unidos y responderá como país. Pero los reguladores se quedan sin opciones de bienes estadunidenses por penalizar, debido al desbalance comercial.
Las negociaciones no se han roto. Todo lo contrario. Creo que los pequeños contratiempos son normales e inevitables durante las pláticas. Mirando hacia adelante, todavía somos cautelosamente optimistas
, expresó Liu.
China, agregó, se opone firmemente a la más reciente alza de aranceles por Estados Unidos y tiene que responder a eso como nación, señaló Liu a un pequeño grupo de periodistas.
Actualmente ambas partes han llegado a un entendimiento mutuo en muchas cosas, pero hablando francamente también hay diferencias. No podemos hacer concesiones en cuestiones de principios
, añadió.
Las declaraciones fueron hechas al regresar de Washington, tras dos días de conversaciones que terminaron sin acuerdos y luego de que el presidente estadunidense, Donald Trump, aumentó aranceles y amenazó con gravar la totalidad de las importaciones chinas.
Trump ha acusado a Pekín de no cumplir sus compromisos en las negociaciones comerciales que mantienen desde hace meses y decidió elevar de 10 a 25 por ciento los aranceles a productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares.
La medida se suma a las tarifas de 25 por ciento que ya pagan los productos chinos desde el año pasado por 50 mil millones de dólares.
Además, escaló la confrontación después de que partió la delegación del país asiático al ordenar aranceles al resto de las importaciones chinas por un valor de 300 mil millones de dólares.
En la medida en que la guerra comercial se fue extendiendo, China aplicó impuestos por 110 mil millones de dólares a exportaciones agrícolas y otros bienes estadunidenses.
Sólo una semana antes los dos parecían listos para completar un acuerdo. Washington quiere que Pekín refuerce sus normas de protección de propiedad intelectual, recorte sus subsidios a las empresas estatales y reduzca el enorme déficit comercial que mantiene con Estados Unidos.
China, por su parte, busca poner fin a los aranceles como parte de un acuerdo equilibrado
.
Tres controversias
Según Pekín, hay tres diferencias que persisten entre ambos países. Una es sobre aranceles. China cree que las tarifas fueron el origen de la disputa comercial y que si ambas partes quisieran llegar a un acuerdo entonces todos los gravámenes deben ser eliminados, sostuvo Liu.
La segunda es sobre adquisiciones, tema en el que los líderes de ambos países habían alcanzado inicialmente un consenso a finales del año pasado en Argentina. Las dos partes ahora tienen opiniones diferentes sobre los volúmenes. La tercera es sobre qué tan equilibrado debe ser el texto del proyecto de acuerdo. Cada nación tiene su dignidad, por lo que el texto debe ser equilibrado
, dijo Liu.
Mientras los partidarios elogian a Trump por ser un negociador duro, los republicanos en favor del libre comercio han advertido que los aranceles podrían causar un daño real a la economía. Muchos agricultores, incluidos los partidarios del presidente, dicen que los aranceles han llegado a su punto máximo.
Trump dijo ayer que las empresas podrían evitar fácilmente los costos adicionales de las importaciones al producir bienes en Estados Unidos.
¿Una forma tan fácil de evitar los aranceles? Hagan sus bienes y productos en Estados Unidos. ¡Es muy simple!
, dijo en Twitter.
Por la noche advirtió a China que si no llega a un acuerdo comercial con Estados Unidos ahora, le resultará mucho peor
negociar otro tratado en un eventual segundo mandato bajo su cargo.
Creo que China sintió que estaban siendo golpeada tan duramente en la reciente negociación, que podría esperar a las próximas elecciones, en 2020, para ver si tiene suerte y gana un demócrata, en cuyo caso continuaría estafando a Estados Unidos por 500 mil millones (de dólares) al año
, tuiteó.