Miguel Berchelt, campeón mundial superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), le arrebató el cinturón a Fracisco Bandido Vargas hace un par de años. En su primera defensa, le propinó una golpiza terrible al ex monarca japonés, Takashi Miura, quien terminó abatido y el ánimo ya no le dio para reponerse, anunció su retiro con la amargura de samurai derrotado.

Berchelt, campeón discreto y que no suele desacreditar a sus rivales, piensa que esta vez también podría repetir la historia del nipón, pero con el retador Vargas, el sábado en Tucson.

“Bandido es un rival muy fuerte, pero ha tenido demasiadas guerras y el sábado puede ser la última en su carrera”, dice Berchelt al recordar las refriegas que ha protagonizado Vargas, con miles de golpes contabilizados por la página de estadística Compubox y de las cuales ha salido con heridas escalofriantes.

Bandido tuvo que hacer una pausa en su carrera para entrar al quirófano y atender las cicatrices de las cejas. Marcas de guerra que se abrían en cada combate ante los rivales recios que suele enfrentar.

El campeón Berchelt, en cambio, no es partidario de que el boxeador deba inmolarse en aras de un buen espectáculo. Su ideario está fincado en que la carrera de un pugilista debe durar el mayor tiempo posible y en las mejores condiciones; para conseguirlo debe ser muy cuidadoso con su defensa.

Esta vez será diferente. Lo dice Berchelt como si lo presintiera, porque asegura que conoce bien la situación apremiante en la que llega un retador, como él mismo ante Bandido en enero de 2017. Ahora Vargas es el aspirante y sabe que eso lo convierte en un peleador sumamente peligroso.

Esta será una pelea de todo o nada para ambos, plante Berchelt; por eso será muy dura, ambos queremos todo. Yo defenderé mi cinturón y él quiere recuperar lo que alguna vez tuvo en su poder. El ganador seguro será el público porque verá una guerra de verdad.

Berchelt se tiene confianza; hoy se sabe más maduro tras cuatro defensas exitosas y por la seguridad que le transmite su entrenador, Alfredo Caballero, actualmente con un par de campeones mundiales.

Mucha gente me ve favorito por la defensas que tengo y lo que he demostrado, dice Berchelt; “sé lo que es llegar como retador y lo que uno está dispuesto a hacer, pero si Bandido sale en condición de un ocho o 10, yo saldré en 12”.

Sin alardes, recuerda que tiene un estupendo récord de nocauts, de las 35 victorias en su trauectoria, 31 las ha ganado por la vía rápida. Así que insiste que será explosiva la pelea de este sábado.

“Habrá mucha emoción, mi preparación fue durísima, y la del Bandido sé que también lo es. En Tucson ocurrirá una pelea tremenda y emocionante que tendrá a todos al borde de la butaca o de la pantalla de la televisión”, finaliza.