La eficiencia regulatoria en salud se traduce en mayor acceso a medicamentos de calidad y bajo costo, así como en un reconocimiento internacional que, en el caso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), favoreció el crecimiento de las exportaciones de productos farmacéuticos. Eso ha tenido impacto en la generación de empleos y el desarrollo económico nacional, afirmó Mikel Arriola, ex titular de la Cofepris.

Recordó que el organismo regulador inició en 2011 las acciones para mejorar la eficiencia de sus procesos y superar el rezago que en ese momento era de alrededor de 40 mil trámites sin resolver para registros sanitarios de medicinas.

Además de las medidas internas, comentó Arriola, buscamos el aval de instancias con reconocimiento internacional como son las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS/OPS). Luego de sendas evaluaciones, la Cofepris obtuvo las certificaciones como agencia reguladora de referencia internacional y funcional para medicamentos y vacunas, las cuales están vigentes.

Ahora, por su desempeño y experiencia, Arriola fue convocado para participar en dos comités de expertos: uno sobre calidad de las medicinas por parte de la Academia de Ciencias de Estados Unidos y, el segundo, de la OPS para evaluar a las agencias reguladoras de las Américas.

En entrevista, resaltó que la eficiencia en una agencia sanitaria se debe hacer con cargo a una alta regulación. Así, sin descuidar el aspecto científico se reducen los tiempos de los trámites. El impacto es amplio, tanto para las empresas como para los pacientes, sobre todo aquellos con enfermedades complejas a quienes se les puede prolongar su esperanza de vida o curarlos con productos innovadores y/o mejorar su capacidad de acceso a productos de bajo costo, de calidad, eficaces y seguros como son los genéricos.

El también ex director del IMSS comentó que en sólo seis años, México pasó a ser el segundo consumidor de medicamentos genéricos en el mundo, con una disminución de 60 por ciento en los precios.

Respecto de los innovadores comentó el caso de la hepatitis C. Se desarrollaron terapias que en un lapso de 12 semanas eliminan el virus y los afectados salvan sus vidas. En Estados Unidos el tratamiento cuesta 100 mil dólares (alrededor de 2 millones de pesos), mientras, ya con registro sanitario en México, se consigue en 600 mil pesos en el sector privado y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que compra por volumen, lo obtiene en 160 mil pesos. Esa es la diferencia y no soy promotor de las empresas, pero la inteligencia debe estar en la agencia sanitaria, cómo ser eficaces para reflejar el efecto en precios bajos y mayor acceso para los enfermos.

En cuanto al impacto que han tenido las acciones de la Cofepris en la industria que regula y que representa 10 por ciento del producto interno bruto, comentó que sólo entre los fabricantes de medicamentos aumentaron las exportaciones de sus productos.

De un monto de 700 millones de dólares que representaban en 2011 pasaron a 2 mil millones de dólares en 2018; es decir, un crecimiento de 15 por ciento anual en términos reales. Esto fue posible por el reconocimiento de las agencias sanitarias de otros países que ven a la Cofepris como un regulador confiable, reconocen la validez de sus registros sanitarios y autorizan casi de inmediato los productos mexicanos.

Así ocurre en Ecuador, las naciones de Asia Pacífico y casi todo Centroamérica. Claro que eso es favorable para los laboratorios farmacéuticos, advirtió Arriola, pero también para la generación de empleos y el crecimiento económico nacional. Por eso, puntualizó, la Cofepris debe seguir siendo un organismo facilitador para que haya más medicamentos al alcance de las personas.