Roma El papa Francisco donó 500 mil dólares que serán distribuidos entre 27 proyectos de 16 diócesis y congregaciones religiosas para continuar proporcionando vivienda, alimentos y artículos de primera necesidad a migrantes en México.

De los 27 proyectos de asistencia, 13 ya han sido aprobados para las diócesis de Cuautitlán, Nogales (dos), Mazatlán, Querétaro, San Andrés Tuxtla, Nuevo Laredo (dos) y Tijuana, así como para los Scalabrinianos, las congregaciones del Sagrado Corazón de Jesús y de María y las Hermanas Josefinas. Asimismo, se están evaluando otros 14 proyectos.

El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Alfonso Miranda Guardiola, dijo que en el sur y norte del país las casas y albergues están sobrepasados, mientras aún persiste la crisis humanitaria por personas que huyen de sus lugares de origen.

Uno de los riesgos a los que están expuestos es a una criminalización, a verlos con ojos de discriminación y no poder transitar de manera segura en nuestro país, alertó.

En entrevista, informó que el donativo es un alivio para los agentes de pastoral de la Iglesia católica que dan socorro a los migrantes.

Miranda Guardiola explicó que el 15 y 16 de febrero de 2019 se realizó un encuentro nacional con responsables de casas de migrantes organizado por la Dimensión de Movilidad Humana y la Secretaría General de la CEM, donde se escucharon las principales necesidades de estos albergues.

A finales de dicho mes se les convocó a elaborar proyectos para la atención a migrantes con miras a distribuir de manera ordenada el dinero.

El recurso ya asignado corresponde al 48 por ciento del donativo y está en proceso de entrega.

Además de la falta de recursos, otro de los retos que enfrenta la Iglesia católica para cumplir con la atención a los indocumentados es la violencia ejercida por grupos del crimen organizado, indicó el sacerdote Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial.

He tenido testimonios de algunos sacerdotes que incluso les han dicho: tranquilos, ustedes no ven nada y si dicen algo les podemos llenar su iglesia de muertitos, sostuvo.

(Con información de Ana Langner)