En México, 16.4 millones de personas empleadas carecen de acceso a instituciones de salud, lo cual representa 44 por ciento de los 36.9 millones de trabajadores subordinados y remunerados, de acuerdo con cifras de los indicadores estratégicos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con datos actualizados al cuarto trimestre del año pasado.

Esas cifras cobran especial sentido en el contexto del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra hoy y fue establecido en 2003 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como manera de promover el trabajo seguro, saludable y digno en el mundo, opinan analistas.

En el planeta, de acuerdo con el documento Seguridad y salud en el centro del futuro del trabajo, recientemente publicado por la OIT, se estima que 2.78 millones mueren cada año por accidentes laborales y enfermedades profesionales.

Además, 374 millones sufren accidentes de trabajo no mortales. Se calcula que los días laborales perdidos representan cerca de 4 por ciento del producto bruto mundial y en algunos países rebasa 6 por ciento de su PIB.

En México, de acuerdo con cifras de la Memoria estadística 2017, que elabora el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se registraron 410 mil 266 accidentes laborales y mil 398 defunciones por riesgo de trabajo en 2017.

Sin duda este 28 de abril debemos reflexionar sobre las condiciones de seguridad social, en especial de proporcionar seguridad y salud a todos y cada uno de los trabajadores, ya que ello nos hará una nación más productiva y, por tanto, competitiva, donde se podrían evitar ausencias por motivos de salud. La mejor manera de hacer esto es con medidas preventivas para evitar los accidentes, expresó Raúl Beyruti Sánchez, director de GINGroup.

La seguridad y la salud en el futuro del trabajo implica que el ámbito laboral transite hacia cambios profundos.

Existe un efecto transformador por las nuevas tecnologías, las tendencias demográficas, el cambio climático y el giro hacia la economía verde. Por ello, considera, esos cambios traerán nuevos desafíos y oportunidades para la seguridad y la salud de los trabajadores del mundo.

Además, añade que se pueden presentar nuevos riesgos de salud en el trabajo y los que ya se conocen podrían aumentar.

Asimismo, señala los riesgos sicosociales en el trabajo y la aparición de enfermedades no transmisibles por causa de cambios en el estilo de vida y en los hábitos de adaptación.

Muchos empleados en el mundo se enfrentan a riesgos persistentes para la salud, los cuales exigen un nuevo enfoque y esfuerzos para asegurar una cultura de prevención y protección en el trabajo.