Contra todo pronóstico, la recién creada Liga Mx Femenil ha efectuado de forma exitosa cuatro torneos, en los que incluso ha superado las expectativas en cuanto a la asistencia de la afición a los estadios; sin embargo, las futbolistas mexicanas aún no tienen adecuadas condiciones laborales y sus sueldos todavía no son equivalentes al profesionalismo que demuestran en las canchas.

Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA, consideró hace unas semanas al torneo femenil mexicano como una fuente de inspiración para otros países; sin embargo, aún existen diversas irregularidades en los contratos de las jugadoras tricolores y los beneficios que reciben por parte de los clubes no compensan su esfuerzo.

Entre los diversos temas que aún están pendientes en el desarrollo de la liga mexicana de futbol femenil, el aspecto económico es uno de los puntos más preocupantes, pues varias jugadoras entrevistadas por La Jornada han manifestado que su sueldo no les alcanza para vivir dignamente, es por eso que muchas de ellas han optado por no abandonar sus estudios y continuar preparándose en el ámbito académico, e incluso algunas han tenido que conseguir otro trabajo.

Las integrantes de la Liga Mx Femenil reciben sueldos que van desde los 2 mil 500 hasta los 30 mil pesos mensuales. No obstante, las jugadoras que alcanzan a percibir la cifra más alta son las que forman parte de una pequeña élite que cuenta con amplia experiencia en selecciones nacionales, mientras el grueso de las futbolistas no son retribuidas con más de 6 mil pesos.

En la Liga Mx varonil, los jugadores cobran un salario mensual promedio de 578 mil pesos, mientras el sueldo más alto, el cual pertenece al chileno Nicolás Castillo, del América, es de 4.8 millones de dólares al año, lo cual equivale a siete millones 653 mil pesos mensuales.

Es decir, la percepción mensual promedio de los hombres es 96 veces mayor a la de las mujeres. Mientras en el caso de los sueldos más elevados, el del jugador azulcrema es 255 veces mayor al de las futbolistas mejor pagadas.

Aunque en algunos equipos, como Pachuca y Tigres, las jugadoras también son apoyadas con becas académicas y tienen la oportunidad de vivir en las casas club, donde no pagan hospedaje y reciben alimentación, sus sueldos siguen siendo insuficientes, pues muchas tienen que enviar dinero a sus familias y les queda muy poco para cubrir sus gastos personales.

Samara Alcalá confirmó a este diario que el salario que recibe en Atlas no le alcanza ni siquiera para los pasajes, como había revelado su entonces compañera Alicia Cervantes, pues varias jugadoras tienen que hacer largos recorridos para llegar a los entrenamientos y no tienen otra fuente de ingresos.

Mi gran sueño era ser futbolista profesional, y ahora que lo soy me doy cuenta de que de esto no viviré, por eso sigo estudiando, tenemos que estar preparadas para cuando esto se termine, declaró Alcalá.

Los patrones se repiten

La enorme brecha salarial que existe en México entre la liga varonil y la femenil no es un caso aislado, pues en la mayor parte de los países donde hay torneos tanto de hombres como de mujeres se repite esta misma situación, incluso en los más avanzados, como Inglaterra, Francia, España, Estados Unidos.

La diferencia radica en que en dichas naciones los sueldos de las jugadoras, a pesar de ser bajos en comparación a los de los hombres, les permiten dedicarse de tiempo completo a esta actividad y vivir cómodamente, sin la necesidad de conseguir otro trabajo.

Charlyn Corral y Kenti Robles, jugadoras mexicanas que militan en la liga femenil de España, en el Levante y el Atlético de Madrid, respectivamente, han mencionado a La Jornada que su sueldo actual sí les alcanza para mantenerse e incluso para juntar algunos ahorros.

“Cuando me fui a España me tocó picar piedra. En mi primer año sí ganaba para vivir bien, pero no para ahorrar y mucho menos para tener lujos, ahora, después de casi cuatro años, obviamente puedo estar más tranquila económicamente.

En Europa hay muchas jugadoras que viven sólo con lo que perciben en el futbol, pero creo que en México será muy difícil lograr lo mismo, por eso hay que compaginar el deporte con una carrera académica, pues hay que estar conscientes de que por más que ganemos, nuestro salario nunca será igual al de los varones, comentó Corral, ganadora del Pichichi la temporada pasada en la Liga Iberdrola.

En el caso de la Liga Nacional de Futbol Femenil de Estados Unidos (NWSL, por sus siglas en inglés), país considerado potencia en este deporte por haber ganado tres títulos mundiales, los sueldos de las jugadoras también están por debajo de lo que perciben los hombres.

La NWSL tiene un salario mínimo de 16 mil 638 dólares y un tope de 46 mil 200 dólares por una temporada de seis meses, aunque las seleccionadas de Estados Unidos pueden llegar a tener contratos más redituables, de acuerdo con la página oficial de la liga. No obstante, las cifras se quedan cortas ante el sueldo mínimo de 54 mil dólares de la Major League Soccer (MLS), la liga varonil estadunidense.

Hay equipos que dan muy buenos sueldos, pero sería bueno que los salarios fueran igual a los que tienen los hombres. El futbol es como un trabajo: estamos poniendo todo para ganar y no nos dan mucho, lamentó la mexicana Kiana Palacios, ex delantera del Sky Blue.

Pese a la disparidad salarial que existe en el futbol mexicano, las jugadoras de la Liga Mx Femenil confían en que muy pronto tendrán mejores sueldos y beneficios.

Esto va de menos a más, hay que tener mucha paciencia, mientras más nos preparemos para ofrecer un mejor futbol, el torneo tendrá más seguidores y por lo tanto, más patrocinadores y apoyo por parte de los equipos, pero tenemos que esforzarnos y dar lo mejor de nosotras en la cancha, hay que hacer nuestra parte y pronto llegarán las recompensas, aseveró Nayeli Rangel, jugadora de Tigres.