In memoriam de James D. Cockcroft

ames D. Cockcroft falleció el 16 de abril pasado. Quienes lo conocimos personalmente o leímos sus libros sobre Latinoamérica o historia mexicana queremos reconocerlo como uno de los principales autores estadunidenses interesados en nuestro pasado histórico y preocupados por el acontecer nacional. Autor de más de 50 libros, entre los que destacan el imprescindible Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana, y La esperanza de México: un encuentro con la política y la historia. Fue un intelectual comprometido con la lucha social por los procesos democráticos latinoamericanos, y su militancia viene desde la protestas civiles contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos. Fue miembro de diversas asociaciones defensoras de los derechos humanos. Pero queremos reconocerle especialmente su interés y activismo por las luchas democráticas sindicales y obreras en México; ejemplo de ello fue su solidaridad directa con la histórica huelga (2001-2005) del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de Euzkadi (Snrte), de la cual publicó un libro en coautoría: Testimonio de una victoria obrera del Siglo XXI. Una huelga internacionalista ejemplar: La Batalla de Euzkadi. Cockcroft es ejemplo de un intelectual internacionalista socialista luchando por un mundo mejor.

Manuel Aguilar Mora, Alejandro Gálvez Cancino, Enrique Gómez, Raúl Jiménez Lescas, Román Munguía Huato y Jesús Torres Ñuno

Sobre la nueva política de salud

En relación con el acertado artículo del doctor Gustavo Leal, quiero señalar que más que diseñar una nueva política de salud, debemos revivir y actualizar la que abandonamos cuando nos impusieron desde el extranjero el cambio estructural de la salud operado por los sanitaristas llamados iluminados. Ellos destruyeron el proyecto del IMSS para asimilar a la seguridad social a toda la población abierta, solidariamente en forma progresiva e iniciando por los sectores más marginados. Los cálculos actuariales de aquella época pronosticaron que antes de 1997 se tendría cubierta a toda la población con una atención eficiente integral, igualitaria y gratuita. Aquel proyecto en 10 años dejó sorprendentes resultados, documentos y experiencia que fueron deformados, archivados y abandonados durante el régimen neoliberal. La corrupción y la impunidad también se apoderaron de ese programa durante la descentralización del sector salud y por la puesta en operación del seguro popular.

No se debe profundizar tanto en reflexiones, debemos empezar a ejercer rectoría de Estado en materia de salud, por ejemplo; revisar los costos y utilidades del duopolio de hospitales, del monopolio farmacéutico, del de los proveedores de equipos, revisar las cargas de trabajo del personal de la salud, el abasto y mantenimiento de los servicios, las quejas del personal y de los enfermos. Pedir rendición de cuentas a los funcionarios ante ya saben quién. A propósito; les recomiendo leer la propuesta que hizo el Colegio Médico de México al Constituyente de la Ciudad de México recibida por oficialía de partes el 25 de octubre de 2016.

Rafael Cervantes López

¡Palmeras borrachas de sol... y sin riego!

Nos preocupa la muerte presuntamente inducida de centenares de palmeras plantadas durante el antiguo régimen en la cabecera municipal, camellón central de la carretera libre México-Pachuca y algunas otras calles de pueblos y colonias de Tecámac, estado de México. Las palmeras no son priístas. Urge se les riegue por el bien de la vida vegetal, del medio ambiente, del paisaje urbano y de la 4T.

Manuel Soriano

Pensiones y salario mínimo

Anuncian los senadores que durante la semana próxima discutirán la reforma para fijar las pensiones con el salario mínimo. Se tardaron mucho, señores senadores, claro, siempre en detrimento de las clases débiles de México, en este caso, los pensionados y jubilados.

La Constitución es clara en este caso: la fracción 6 del artículo 123 constitucional establece que es el salario mínimo el que se debe utilizar como índice, como unidad base, como unidad de medida o como referencia para fijar los derechos y prestaciones de la seguridad social.

Fue en pleno malhadado neoliberalismo, 2016, que se introdujo la UMA como unidad de medida para pensiones y jubilaciones. Lo reitero, siempre en detrimento de los que somos pensionados o jubilados. Y sucedió lo que se esperaba: el salario mínimo ha subido, no tanto como lo quisiéramos, pero ha subido. En cambio, con la UMA nuestras pensiones han ido siempre a la baja.

Fue muy deplorable la decisión de 2016 en favor de la UMA, simplemente nuestros senadores de entonces equipararon una pensión humana con una multa de tránsito. Es por ello que México, está en el sitio 25 de 27 en total en el índice de Pensiones Mercer.

Rubén Mares Gallardo