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Presos del Reclusorio Norte escenificaron el Viacrucis
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de abril de 2019, p. 5

Sólo le faltan dos meses para terminar la sentencia, pero serán los más largos de sus 25 años. Ya no volverá a robar y buscará formar parte de la sociedad, aseguró el interno Édgar Jonathan Jiménez, quien personificó a Jesús en la representación del Viacrucis que se realizó en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte.

En su memoria, Édgar mantiene vivo el recuerdo de hace seis años y 10 meses, cuando robó una cadena de oro a una mujer en calles de la demarcación Gustavo A. Madero. No era la primera vez, y aunque afirmó que no mostró arma blanca o pistola, lo atraparon en menos de 10 minutos y lo sentenciaron por el delito de robo agravado.

Me arrepiento de todo eso que viví, que he estado viviendo, dijo. Sólo le pido a Dios que me quite malos pensamientos y que esto lo hice (la participación en el Viacrucis) para que me ilumine y esté bien con la sociedad y ayudar a la gente que lo necesita y no quitarle nada.

El sufrimiento de la vida, dijo Jonathan, es lo que lo identifica en el personaje de Jesús, porque en la infancia no tuvimos tantas oportunidades para comer, no tenías qué; comíamos frijolitos, pero confía en que la vida cambiará porque su papá le tiene reservado un empleo en una hojalatería y vivirá en la casa de su esposa, en el Cerro de las Cruces, en Gustavo A. Madero.

Aunque son 60 días, que serán los más largos de mi vida, ya se me hizo muy largo esto, pero estoy contento. Mientras, Jesús Vega, quien personificó a San Pedro, uno de los 12 apóstoles más cercanos a Jesús, está a la espera de la resolución de un amparo que le permita reducir la sentencia de 15 años por delito de tentativa de homicidio.

Hace cuatro años está en el reclusorio, y desde hace tres personifica a San Pedro, con quien también se identifica, pues se dice arrepentido de la decisión que tomó y que privó de la libertad tanto a él como a las actividades cotidianas de su familia.

Desde las butacas, algunos compañeros no paraban de reír y adelantar el contenido de las escenas.

¡Pinche borregón!, se escuchaba, cuando salió Judas a escena, a quien también le gritaban ¡chillón! Otro más que no se escapó de los espectadores fue Barrabás, porque en el pasaje bíblico se decide devolverle su libertad y condenar a Jesús. Barrabás sale corriendo de la escena y exclama ¡Soy libre!, pero un grito le recordó: ¡Nada más de aquí a la puerta!