Domingo 14 de abril de 2019, p. 11
Según datos de la Procuraduría Agraria (PA), en el país existe una feminización de la producción agropecuaria
, pues cerca de 30 por ciento de quienes trabajan directamente en los ejidos y comunidades son mujeres, muchas de ellas jóvenes. Esta situación se deriva de la migración y el envejecimiento de los titulares de los predios, precisó.
Según la PA, desde hace años se da gran migración de varones jóvenes tanto a las ciudades como a Estados Unidos, aunque la migración a ese país ha disminuido en los pasados dos años; sin embargo, los años anteriores se generaron oleadas masivas
, lo que ha hecho disminuir la fuerza de trabajo masculina. Las mujeres siguen cultivando la parcela que corresponde al esposo, hermano o el padre que, aunque siga viviendo en el núcleo, por su edad ya no trabaja
.
Luis Hernández Palacios Mirón, titular de la PA, ha señalado que es fundamental apoyar a quienes trabajan las tierras que aún se encuentran a nombre del padre, el esposo o concubino, que ya migró, lo cual les ha impuesto limitantes para recibir los apoyos al campo.
Para subsanar este problema, la PA y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) firmarán un convenio que facilite a las mujeres el acceso a las ayudas, aunque no sean titulares de derecho.
La PA, con acuerdo de asamblea, acreditará si ellas trabajan la tierra, para que puedan recibir directamente los recursos.
El procurador ha destacado en diversos foros que la participación de las mujeres jóvenes es una nueva realidad; estas condiciones reclaman y establecen retos precisos a los cuales el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador busca responder con diversos programas
.
En cuanto al envejecimiento en el campo, datos de la PA refieren que más de 40 por ciento de los ejidatarios y los comuneros son mayores de 60 años.
En México existen 32 mil 200 núcleos agrarios; 3 mil 200 son comunidades donde viven 5 millones de titulares de estos derechos. No toda esta propiedad social tiene vocación agrícola o pecuaria, y sólo 60 por ciento de los ejidos y comunidades la tienen. El resto es de vocación forestal, turística o de extracción mineral.