Del Nayar, Nay., Cinco horas de camino, parte a veces a pie y otros tramos a lomo de burro, y con un calor de más de 40 grados centígrados, Miguel González, director del hospital mixto de Jesús María, en este municipio enclavado en la sierra nayarita, conoció las dificultades de los pobladores que acuden al nosocomio que él dirige al trasladarse para atender a una mujer en labor de parto.

En esa región del norte de Nayarit, donde las distancias y la precaria economía complican el transporte a los pobladores, la mayoría de ellos coras y huicholes, el médico se enteró de que no podían llevar a una mujer embarazada al hospital en uno de los municipios más pobres de México.

El trayecto duró cinco horas y lo recorrió a pie o en remudas (burro). Se encontró con la paciente en el camino ya rumbo al sanatorio. Se valoró su estado de salud y después la llevaron al hospital. El médico se cubrió del sol con un sombrero y lo acompañó personal del nosocomio.

En el hospital mixto trabajan marakames, médicos tradicionales de las etnias, quienes ofrecen tratamientos a base de hierbas y otros insumos naturales.

Ahí conviven con los doctores que emplean la medicina normal, como los llaman los indígenas, y llevan a cabo procedimientos quirúrgicos que salvan la vida a decenas de personas al año.

Este espacio no sólo da atención médica a nayaritas; también recibe pacientes de Zacatecas, Durango y Jalisco, quienes llegan a través de intrincados caminos.

El trayecto hacia el hospital mixto en temporada de lluvia se complica, pues la crecida de ríos o las cascadas que se forman en el campo y caen desde los cerros bloquean las carreteras con piedras y ramas.

Médicos y enfermeras de la zona comentan que el principal incentivo para ir a la sierra y quedarse ahí es el amor a los pacientes y no tener miedo a esos largos recorridos para ir a pequeños caseríos que a veces ni siquiera tienen nombre.

Pobladores de Huajicori exigen servicios básicos

Habitantes del municipio serrano de Huajicori se manifestaron para demandar agua potable y energía eléctrica, así como la reconstrucción de puentes, pues casi seis meses después de la devastación que dejó el huracán Willa, continúan sin servicios y sin vías para salir de sus comunidades.

Con pancartas, pidieron ayuda al gobierno del estado atención y señalaron que el gobierno municipal, a cargo de Gabriela Guzmán, del Partido Revolucionario Institucional, los tiene abandonados.

Los pobladores de Huajicori, municipio serrano del norte de Nayarit, acudieron el pasado jueves al palacio de gobierno en Tepic, en donde expusieron que el meteoro arrasó con el sistema de agua potable, destruyó la red eléctrica y postes, por lo que más de 50 comunidades carecen de servicios.

Además, cuando los cerros se desgajaron sepultaron arroyos y ríos que abastecían a las poblaciones de agua limpia.

Andrés Salinas de la Cruz, síndico de Huajicori, señaló que no han recibido apoyo de autoridad alguna y recordó que hace poco le plantearon el problema al gobernador Antonio Echevarría García.

Los quejosos fueron atendidos por el secretario general de gobierno, Antonio Serrano Guzmán.