La postura asumida por el gobierno federal en torno al fenómeno migratorio de personas provenientes de América Central, del Caribe y de África, corresponde a la determinación de salvaguardar la seguridad nacional, argumentó la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. En la Cámara de Diputados, indicó que la administración del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no tiene comentario en torno al acto que encabezó Donald Trump en Calexico, Nuevo México.

Permítanme decirles una situación: el presidente Trump está en su país. Nosotros no podemos pronunciarnos siquiera sobre los eventos que él realiza dentro de su país y a los lugares que él va dentro de su país. Digo, nada más faltaba que el presidente de otro país nos cuestionara sobre las giras de nuestro Presidente a diversos lugares de la República. ¡Por favor!

Al cuestionarle si la administración federal tiene alguna postura novedosa sobre las amenazas de cierre de la frontera, provenientes de Washington, la funcionaria se extendió así:

Creo que hemos sido muy insistentes en que, también por nuestra seguridad nacional, ya no solamente por Estados Unidos, donde están llegando 76 mil personas provenientes de nuestro país de manera irregular. No, por la seguridad de nuestro país, la seguridad nacional de nuestro país, nosotros deberíamos conocer quién, persona a persona, quién está entrando a nuestro país y, por tanto, firmamos el Pacto de Marrakech. La migración a nuestro país debe ser una migración ordenada, segura y regular, y por regular digo que tengamos el registro de cada persona que entra a nuestro país.

Por otra parte reiteró que el compromiso del gobierno federal, en el ámbito de la defensa de la mujer, es cambiar cultural y estructuralmente, el sometimiento y subordinación permanente del que ha sido objeto el género femenino en México.

Durante su participación en el foro Diálogos hacia la igualdad y seguridad de todas, celebrado en la Cámara de Diputados, la funcionaria refirió datos alarmantes en torno de las mexicanas:

Además de los retos que significa ser titular de la Secretaría de Gobernación, era la primera mujer y yo tenía que demostrarle y tengo que demostrarles a las mujeres y a los hombres de este país que una mujer puede ser secretaria de Gobernación y puede ser mejor secretaria que muchos secretarios y esto implica muchas cosas, pero implica más que nada un compromiso con las mujeres y con las niñas de este país, un compromiso para cambiar cultural y estructuralmente este sometimiento y esta subordinación permanente en esta cultura que tenemos, porque es un sometimiento, porque es una subordinación y porque en muchas ocasiones esta subordinación y este sometimiento está tan arraigado en la sociedad y tan culturalmente estructurado que en muchas ocasiones es hasta difícil darse cuenta y percibirlo y visibilizarlo, pero ahí está presente todos los días en nuestra vida, ahí está.