Analiza si hay condiciones para someter el acuerdo para el Brexit a otra votación en el Parlamento
Lunes 25 de marzo de 2019, p. 23
Londres. La primera ministra británica, Theresa May, mantuvo conversaciones de crisis este domingo con sus correligionarios conservadores para recuperar el control en una semana crucial para el Brexit y ante la amenaza inminente de perder el cargo.
La gobernante, además, enfrenta creciente presión dentro de su partido para dimitir de inmediato o fijar fecha para su renuncia, como vía para obtener apoyos para su acuerdo de separación de Reino Unido de la Unión Europea (UE), reportaron medios británicos.
En un intento por cerrar filas entre la fracción gobernante, May se reunió en su residencia campestre de Checkers con varios diputados conservadores, entre ellos algunos euroescépticos como el influyente Jacob Rees-Mogg y el antiguo ministro de Relaciones Exteriores Boris Johnson, quienes según algunos analistas, aspiran a remplazarla.
Esta reunión trató sobre cómo “materializar el Brexit. En el encuentro se discutieron muchos temas, incluido si hay suficiente apoyo en la Cámara de los Comunes” para volver a votar el acuerdo de la salida de Reino Unido pactado entre Bruselas y May, explicó un portavoz de Downing Street.
Se espera que este lunes el gobierno anuncie cuáles serán sus próximos pasos para el divorcio del bloque, en los que May debe decidir cuándo, o incluso pedir a los legisladores que voten nuevamente sobre su impopular acuerdo de salida, que ya rechazaron de forma abrumadora dos veces, una nueva negativa podría además suponer el fin político de Theresa May.
La primera ministra también se enfrenta a la perspectiva de que los legisladores tomen el control de la agenda de la Cámara de los Comunes con el fin de mantener una serie de votos indicativos
para revelar qué apoyo existe para otras opciones. Organizar sesiones de este tipo sería la idea más ridícula, infantil e irreal que haya visto jamás
, sostuvo el diputado conservador Marcus Fysh, favorable al Brexit, cuyos partidarios temen que la Cámara de los Comunes aproveche el momento para dar marcha atrás a la salida de la UE.
May enfrenta la presión de grupos que exigen un segundo referendo. El sábado, miles de personas, un millón según los organizadores, participaron en una marcha contra el Brexit en Londres.
La semana pasada, la primera ministra logró que sus socios europeos aplazaran la fecha de salida –fijada para el 29 de marzo– hasta el 12 de abril. Se esperaba que convocara a otra votación en el Parlamento, pero el viernes dio a entender en una carta dirigida a los diputados que podría no celebrarse esta semana si no hay apoyo suficiente
, lo que parece probable.