De enero de 2016 a febrero pasado, 12 mil 179 venezolanos solicitaron refugio en México, cifra sin precedente. En prácticamente todos los procesos concluidos hasta ahora de ciudadanos de ese país la respuesta fue positiva, a diferencia de lo ocurrido con personas de otras naciones.

Por ejemplo, el año pasado, Honduras y Guatemala tuvieron cada uno una tasa de aceptación de 28 por ciento, así como El Salvador y Nicaragua, con 36 por ciento cada uno, mientras para Venezuela el indicador es de 98 por ciento, según cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) de la Secretaría de Gobernación (SG).

De 2013 a 2018 se tiene registro de 10 mil 872 solicitudes de venezolanos (un tanto abandona o desiste del trámite); se ha dado respuesta a 5 mil 183, prácticamente todas en sentido positivo, ya sea para refugio o una modalidad similar denominada protección complementaria.

En cuanto a Honduras, el grupo mayoritario de migrantes en México, durante el lustro en referencia se recibieron 25 mil 185 solicitudes. Ha concluido el proceso para 8 mil 594 expedientes, de los cuales 4 mil 619 tienen reconocimiento positivo.

El director general de la Comar, Andrés Ramírez, explicó que el gobierno anterior decidió aplicar a los ciudadanos de Venezuela la Declaración de Cartagena, la cual ofrece un abanico más amplio de opciones para conceder la condición de refugiado.

Adelantó, sin embargo, la realización de consultas con la SG y la cancillería para incluir en este bloque, más favorable para la protección internacional, a hondureños y salvadoreños.

Los venezolanos son aceptados, en su mayoría, con la clasificación de violación sistemática a derechos humanos en su país.

En términos generales, explicó el funcionario, no aducen persecución política o individual, sino temas relacionados con la escasez de alimentos y medicinas, hiperinflación y falta de servicios o empleo.

La gran mayoría de la gente que viene es porque no tiene acceso a servicios, a medicamentos, entre otros aspectos vinculados a los derechos humanos. Ahí aplicamos la Declaración de Cartagena, incluida en nuestra ley de refugio, cuyo artículo tercero plantea su aplicación para determinada nacionalidad. Por eso la tasa de reconocimiento para los venezolanos es muy amplia, comentó a La Jornada.

Subrayó que preocupa también la situación de los países del triángulo norte de América Central, donde se vive violencia general y fuertes carencias económicas.

En el caso de Venezuela esto ya estaba así cuando llegamos; es un asunto heredado y decidimos seguirlo aplicando porque son personas que huyen de una situación general, más que de un gobierno. Al mismo tiempo analizamos el tema con (la Organización de) Naciones Unidas para continuar (con la aplicación de la Declaración de Cartagena) en favor de centroamericanos, aseveró. México, agregó Ramírez, continuará recibiendo con visión humanitaria a los migrantes, más allá de las coyunturas políticas.

Cifras de la Comar muestran el registro general de solicitudes de ciudadanos procedentes de diversas regiones del mundo: mil 296 en 2013; 2 mil 137 en 2014, mientras para 2015 se incrementó a 3 mil 324. El auge de peticiones se inició en 2016, con 8 mil 796; en 2017 fueron 14 mil 619 y para 2018 se disparó a 29 mil 623. Del 1º de enero al 15 de marzo de 2019 la cuenta ya iba en 10 mil 411.