Un robot lumínico y una chica que vive un mundo subterráneo donde la luz está prohibida; un grupo de niñas de Xochimilco que deciden salvar a los axolotes, animalitos en peligro de extinción; una luciérnaga que sueña con volar; un príncipe que se casa con otro príncipe; un pequeño que aprende a reconocer y nombrar sus emociones, y una tribu que entra en conflicto por la sucesión del poder tras la muerte de su líder, son algunos de los personajes y situaciones que se abordan en las obras dirigidas al público infantil y adolescente que integran el tradicional Gran Maratón de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes que se llevó a cabo este sábado en los teatros del Centro Cultural del Bosque.

Como parte de las actividades del Día Internacional del Teatro, el Gran Maratón llegó a su 12 edición con una oferta de 40 obras, cuyas propuestas escénicas despiertan la imaginación, al tiempo de ser respetuosas de la inteligencia y sensibilidad de los pequeños.

Este año, luego de haberse conformado la cartelera, resultó que la mayoría de las obras e historias se encuentran atravesadas por la creación de una narrativa que liberan a la infancia de los estereotipos, que contribuye a un mundo sin discriminación, comentó a La Jornada Lorena Abrahamsohn, titular del Programa de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

“Todas las obras, directa o indirectamente, hablan de ciertos estereotipos como el de género. Uno de los más comunes es el de que las niñas se deben comportar de una manera y los niños de otra, aunque también están los estereotipos sobre la orientación sexual, la discriminación por el color de piel o lugar de nacimiento o por el idioma.

▲ El amor de las luciérnagas, obra de Alejandro Ricaño, fue parte de la cartelera infantil y juvenil que se desarrolló ayer en el CCB. De manera paralela se llevaron a cabo talleres y charlas sobre el arte escénico.Foto Guillermo Sologuren

En muchas de las obras, las trayectorias de los personajes femeninos son igual de importantes y trascendentes que los masculinos. Ahora las protagonistas y heroínas también son mujeres.

Dichas narrativas, añadió la promotora cultural, son reflejo de lo que ocurre en la sociedad, no sólo en Ciudad de México, sino en el país, donde los creadores han podido establecer un diálogo horizontal con la infancia y la juventud, al recuperar algunas de las preocupaciones de los niños y las niñas.

Durante la mañana, largas filas se formaron en los teatros Julio Castillo, Orientación, El Granero y El Galeón, así como en las salas Xavier Villaurrutia y CCB, para obtener un boleto de manera gratuita y acceder a las obras.

Asimismo, los espectáculos al aire libre en la Plaza Ángel Salas y el estacionamiento del CCB, donde se levantó una carpa, tuvieron siempre nutrida asistencia

Decenas de familias, padres con hijos pequeños y grupos de adolescentes iban de un teatro a otro para disfrutar alguna de las funciones.

Entre las actividades paralelas a las puestas en escena, se realizó un conversatorio denominado Proceso creativo del teatro libre de estereotipos para jóvenes audiencias, para el que se invitó a las creadoras escénicas Mariana Hartasánchez, Berta Hiriart y Julia Arnaut.

También se presentó el libro El pequeño gran escritor 2018, integrado por cinco cuentos escritos con gran ingenio y sensibilidad por niños y niñas de entre ocho y 12 años.

Entre los talleres que se realizaron estaban los de títeres, acrobacia de piso y prácticas de mímica y lenguaje de señas.