El proceso de entrega-recepción de la administración de Enrique Peña Nieto al gobierno actual no contempló, en el caso de la Oficina de la Presidencia, el detalle de todos los enseres, vajillas y otras piezas de valor que estaban en su resguardo, pues estos materiales ni siquiera estaban inventariados, informó el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas.

En entrevista colectiva, el funcionario recordó que incluso, en su origen, esta transferencia administrativa se caracterizó por la desorganización y, en principio, no se reportaron las obras de arte que estaban en posesión de la Oficina de la Presidencia. Después de un proceso exhaustivo se logró integrar el catálogo de obras de arte, particularmente de las que estaban en comodato y aquellas que les fueron regaladas, en sus respectivas gestiones a los presidentes de la República. Sin embargo, más allá de las obras de arte, todo lo demás: enseres, muebles o vajillas no estaban catalogados ni registrados. Simplemente ya no están.

Refirió que ante la publicación que hizo La Jornada del caos que prevalece en este rubro y de la incertidumbre en torno a la casa del ex presidente Manuel Ávila Camacho, ubicada en Huixquilucan, Ramírez Cuevas adelantó que se habrá de revisar cuál es el status legal de esa propiedad y de las obras de arte que alberga a fin de preparar un informe pormenorizado de lo que se encuentra allí.