Desde lo alto del Ajusco, en el ejido Magdalena Petlacalco, en los límites con el estado de México, apenas con el equipo básico dos brigadas con 11 integrantes cada una abren brechas cortafuego ante la llegada de la temporada de incendios en las zonas boscosas de la ciudad.

A decir del presidente del comisariado ejidal, Jorge Ávila Contreras, hacen falta por lo menos otras dos cuadrillas de trabajadores, pues además del chaponeo, podas bajas, cajeteo para la filtración de agua, vigilan 622.75 hectáreas del bosque que corresponde a la comunidad, pero el dinero no alcanza para más.

Con el escaso apoyo gubernamental han logrado conservar esta área forestal con árboles sanos y libre de tala clandestina, incluso desde hace cinco años desarrollaron un proyecto ecoturístico conocido como La Cañada, en donde habilitaron cabañas y juegos infantiles en donde los visitantes pueden acampar.

Ubicados a dos kilómetros del valle del Tezontle, a la altura del kilómetro 27.5 del circuito Picacho Ajusco, también han logrado construir presas de gaviones para contener el escurrimiento de agua y evitar la erosión del suelo.

En el cerro realizan varias actividades, según la época del año. Justo ahora se concentran en las podas bajas en los árboles de renuevo, aquellos que aún no han alcanzado gran altura para evitar que se propaguen los incendios, que suelen generarse en los pastizales.

Amor por la naturaleza

Con un salario de 3 mil 200 mensuales, don Eulogio Jorge, uno de los brigadistas, trabaja en el paraje Cerro Panza, donde además de abrir brechas cortafuego, él y su brigada se mantiene atentos ante cualquier incendio. No poseen equipos de radiocomunicación, por lo que en cuanto detectan el humo son ellos mismos los que dan el aviso y después corren a apagar la conflagración.

En un recorrido por la zona, Diego Segura, director de Preservación, Protección y Restauración de los Recursos Naturales de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), aseguró que a partir de este año se buscará revertir la precaria situación en la que viven los dueños y cuidadores de los bosques de la ciudad, ya que sólo han recibido mínimos apoyos por los servicios ambientales que prestan.

Detalló que será en marzo cuando se empiecen a distribuir poco más de 445 millones de pesos, que, entre otras acciones, permitirán ofrecer 2 mil empleos a brigadistas con un salario de 6 mil pesos al mes, así como apoyos directos de 6 mil pesos por hectárea a los comuneros y ejidatarios para que realicen acciones de conservación en los bosques, desarrollen proyectos ecoturísticos y obras en sus comunidades.

También se ampliará la superficie de área forestal que será protegida y compensada por servicios ambientales, al pasar de 13 mil a 31 mil hectáreas. La meta, añadió, es que en tres años se hayan recuperado las 45 mil hectáreas de bosques en las nueve alcaldías de la capital donde hay bosque, las cuales contarán con un plan de manejo por cada núcleo agrario.