Necesitamos formar profesores y alfabetizar en esos idiomas, considera Larisa Ortiz, titular de la Secretaría de Pueblos Indígenas, en entrevista con La Jornada
Jueves 21 de febrero de 2019, p. 3
El gobierno de la Ciudad de México (CDMX) creará una escuela para formar profesores en seis lenguas indígenas y durante cuatro días (desde este jueves a las 10 horas, se efectuará la primera Muestra Lingüística Indígena en el Zócalo capitalino, con idiomas originarios que se hablan en la urbe, adelanta Larisa Ortiz Quintero, titular de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas local.
Ese centro educativo comenzará a trabajar este año con zapoteco, triqui, ñañú, mixe, nahua y una sexta lengua por definir. ‘‘Hasta ahora no había políticas que respondieran a la necesidad de tener herramientas metodológicas para la enseñanza. Hay pocos lectores que lleguen a los libros que se empiezan a escribir en diferentes lenguas, pues falta alfabetización”, explica la funcionaria en entrevista con La Jornada.
‘‘De las 68 lenguas indígenas que se hablan en el país, 30 están en este proceso de extinción. La secretaría a mi cargo se coordinará con los institutos nacionales de Lenguas Indígenas y de los Pueblos Indígenas, así como las universidades, para adoptar medidas.”
Anuncia que se otorgarán premios a la innovación tecnológica en lenguas indígenas y a docentes dedicados a la enseñanza de las lenguas indígenas.
Cumplir normativa constitucional
En torno a la primera Muestra Lingüística Indígena, que comenzará la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna, Larisa Ortiz Quintero añade que se desarrollará en la idea de que ‘‘empecemos a educar nuestros oídos y escuchemos cómo se oyen todas estas diversas lenguas, acompañadas de una traducción simultánea. Eso será un ejercicio interesante.
‘‘No hay una normalización de esas lenguas. Hasta ahora tenemos dos ejercicios: el maya y estamos en vías de que suceda con el ñañú. Faltan muchísimo esas políticas, los presupuestos que se puedan destinar y que las personas se animen a hablarlas”, apunta.
La Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas de la Ciudad de México fue creada en la administración de Claudia Sheinbaum. La finalidad, sintetiza su titular, es cumplir el texto constitucional en materia de derechos indígenas.
Destaca que existe una realidad distinta a lo que permeaba en el sentido de que los pueblos indígenas o sus integrantes se dedican a la vida rural; en contraste, ‘‘muchos son profesionistas, empresarios, artistas, académicos y se tiene que abrir la gama de derechos para estas personas”.
El trabajo de su área busca superar las políticas públicas dirigidas a los pueblos indígenas que han sido ‘‘paternalistas, tutelares, que nos llama a una nueva relación de reconocimiento, valoración y respeto mediante dos grandes líneas: visibilizar la presencia indígena en la ciudad y dignificarla”.
Explica: ‘‘En la Ciudad de México se registran entre 139 y 141 pueblos originarios, 56 barrios originarios que tienen más de 60 por ciento de propiedad comunal, ejidal o alguna modalidad similar, y hay una presencia muy importante de comunidades que residen aquí pero provienen de entidades federativas. Diez por ciento de la población capitalina es indígena”.
Sesenta y ocho cosmovisiones
Ortiz Quintero refiere que según datos de 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en la Ciudad de México hay unas 128 mil personas hablantes de 55 de las 68 lenguas originarias en el país. Además, casi 800 mil personas se asumen como integrantes de algún pueblo indígena, hablen o no lenguas autóctonas.
‘‘Cada una de las 68 lenguas implica una cosmovisión que se materializa en sus manifestaciones culturales, cómo piensan, se relacionan con los demás y con la naturaleza, ven su pasado, su presente y cómo se quieren integrar ahora a un estado que durante mucho tiempo los ha negado.”
Por ejemplo, ‘‘el tu’un saavi, que también se conoce como mixteco, tiene 35 variantes dialectales que ni entre ellos se entienden a veces. La riqueza cultural sólo por este tema es enorme y en México no se ha logrado reconocerla”, deplora.
La muestra en el Zócalo estará acompañada con expresiones artísticas y artesanales, grupos de jazz cantando en tzotzil y tzeltal, y ópera ‘‘que se producen desde una visión y lenguaje distintos, pero con la misma calidad de cualquier otra expresión cultural”.