La resistencia a los antibióticos es la principal amenaza de la medicina moderna, al ocasionar un aumento en la mortalidad, morbilidad y el gasto en salud, por uso inadecuado de los antimicrobianos, dijo el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.

Al inaugurar el 23 Congreso Internacional de la Asociación Mexicana para el Estudio de las Infecciones Nosocomiales (AMEIN) Prevenir para Proteger, Alcocer señaló que de no tomar medidas contundentes, la resistencia a los antibióticos será la primera causa de muerte en 2050. Pidió a todos los profesionales de la salud, industria farmacéutica, usuarios y pacientes que asuman su corresponsabilidad en este problema.

Dijo que la falta de medidas de prevención y control de las infecciones asociadas a la atención de salud, la ausencia del desarrollo de nuevos antimicrobianos, así como el mal uso y abuso de los antibióticos son un riesgo para todas las naciones.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 700 mil personas mueren al año por infecciones resistentes a los antibióticos.

Microbios, esenciales para la vida

“Podemos recuperar terreno en

este campo, trabajando en equipo, unirnos para mejorar el conocimiento y la comprensión de la resistencia a los antibióticos desde una perspectiva ecológica. La actividad microbiana es esencial para la vida en el planeta.”

Acompañado por la presidenta de la AMEIN, Enriqueta Baridó Murguía, el titular de Salud mencionó que hay determinantes o condicionantes de la salud que intervienen en la resistencia antimicrobiana, por ejemplo, el uso de antibióticos que obedece frecuentemente a factores sociales, económicos, culturales, así co-mo la nutrición y el saneamiento ambiental.

Se pronunció por trabajar con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el fin de alcanzar acuerdos internacionales que optimicen el uso de antibióticos en la producción agrícola y la indus-tria farmacéutica.

Asimismo, sostuvo, se debe cambiar el enfoque al investigar el sistema inmunológico y la capacidad del cuerpo humano para protegerse; en vez de buscar sólo la eliminación de patógenos, orientar más la atención al anfitrión y no al agente que produce la enfermedad.