Sábado 16 de febrero de 2019, p. 5
Berlín. Wagner Moura, actor brasileño conocido por interpretar al criminal colombiano Pablo Escobar en la serie Narcos, se estrena como director en el Festival Internacional de Cine de Berlín con Marighella, drama basado en los últimos años de Carlos Marighella (1911-1969), escritor y político brasileño, líder de la lucha armada contra la dictadura militar en Brasil instalada en 1964.
Dieter Kosslick, director saliente de la Berlinale, cierra con broche de oro en la línea que marcó su administración durante los pasados 18 años, sobre la relevancia política en el arte y lo que ha definido como entretenimiento políticamente correcto
.
Fuera de competencia, la opera prima de Moura ha puesto los ojos del mundo que atiende a esta importante plataforma cultural en su país de origen, Brasil, donde corren tiempos difíciles, e intenta mostrar el clima social y político bajo el régimen militar, en comparación evidente con el Brasil de Jair Bolsonaro, actual presidente del país sudamericano.
Carlos Marighella es conocido como el intelectual de la lucha de resistencia. Su obra poética ha sido poco conocida en comparación con el Mini-manual del guerrillero urbano, que escribió en junio de 1969. El 11 de noviembre del mismo año fue asesinado a balazos por elementos de la policía política de la dictadura brasileña.
Wagner Moura se define a sí mismo como artista de ala izquierda progresista
, que decidió lanzarse al ruedo de la dirección al no encontrar quien realizara un filme dedicado a esa figura política que siempre había despertado su interés.
“Marighella es originario de mi ciudad, Salvador de Bahía; crecí teniendolo como referente importante de resistencia y siempre ejerció una especie de fascinación en mí.
La resistencia no sólo viene de la gente contra la dictadura en los años 60 y 70; los esclavos africanos se resistieron, la gente que aguantó contra los colonizadores portugueses. Esta es parte de la historia de mi país en la cual simpre estuve interesado.
Moura relata que el proyecto de Marighella tiene sus orígenes en 2015, todavía bajo el gobierno de Dilma Roussef, aunque ya había un movimiento de ultraconservadores, por lo que enfrentó enormes dificultades para lograr financiamiento.
Para 2016, cuando Rousseff fue retirada como presidenta, la empresa productora O2 Films empezó a recibir comunicados muy agresivos y ofensivos dirigidos a Moura, que lo acusaban de financiar una película sobre un terrorista.
Respecto de exhibir la cinta en Brasil, Moura declaró que lo ideal sería mostrarla en su país después de Berlín, aunque siente que los distribuidores están un poco precavidos y buscando un mejor momento para llevarla allá.
Asegura que realizó esta película para los brasileños y no como una respuesta al gobierno de Bolsonaro,
En conferencia de prensa posterior al estreno, Moura expresó: “No es una respuesta a un gobierno en concreto. Espero que mi filme sea más grande que el actual gobierno de Bolsonaro; es la primera respuesta de la cultura a esta situación. Marighella es sobre alguien que resistió entonces y se dirige a quienes resisten ahora”.
Visiblemente emocionado y de manera contundente se dirigió a los periodistas reunidos en la sala de conferencias: Sufrimos una situación horrorosa, la peor que ha vivido Brasil desde la dictadura; hay un genocidio contra la población negra, contra quienes viven en las favelas; tenemos un presidente homófobo. Cuando volvamos a Brasil nos cubrirán de mierda, pero no me preocupa; lo más importante era estrenar esta película
.
Y aclaró para no ser mal interpretado: No quiero que alguien se levante en armas. La película habla del sacrificio, de lo que aquellos hombres y mujeres dejaron atrás por el bien común. En momentos claves hay gente que decide quedarse en casa y otros que hacen lo que tienen que hacer; los admiro, lanzo un mensaje al público para que resista
.
Jair Bolsonaro hace como todos los gobiernos fascistas brasileños: primero criminaliza la cultura, luego cambia el significado de las palabras... en los colegios, especialmente en los privados, se habla de la revolución francesa, y no se dedica ni una línea a hablar de la brasileña, una revolución negra; se esconde la historia. Tenemos que repensar nuestro país
. Moura comentó que estaría encantado de mostrar Marighella al ex presidente Inacio Lula da Silva, encarcelado desde 2017 y condenado a nueve años y seis meses de prisión.