Fobaproa, atraco permanente // Dos cuentos, una triste realidad
os cuentos, una realidad:
1) Allá por enero de 1995, desatada la crisis bancaria nacional, el entonces gobernador del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo, aseguraba que el apoyo
económico del erario, vía Fobaproa, a las18 instituciones reprivatizadas por Carlos Salinas de Gortari, a favor de sus amigos, no rebasaría los 50 millones de dólares, y, enfático, subrayaba que tal ayuda sería temporal
y solo en caso de necesitarse
.
2) En marzo de 2005, el entonces presidente de la Asociación Mexicana de Bancos, Manuel Medina Mora, también cabeza visible de Citibanamex, celebraba (tras que Vicente Fox autorizó el pago de los pagarés del Fondo Bancario de Protección al Ahorro por alrededor de 240 mil millones de pesos) que la banca resolvió todos los pendientes del pasado; el Fobaproa es un capítulo cerrado
.
3) En los hechos, el erario aportó cerca de 100 mil millones de dólares (2 mil veces más de lo estimado por Mancera Aguayo), y transcurridos 24 años de aquel apoyo, en caso de necesitarse
, y 14 del capítulo cerrado
, los pasivos del Fobaproa, disfrazado de IPAB, se aproximan a 950 mil millones de pesos, con todo y que a lo largo de ese periodo el gobierno ha pagado centenas de miles de millones de pesos por el rescate
de la banca, autorizado y ejecutado en 1995 por Ernesto Zedillo, entonces inquilino de Los Pinos.
Los dos primeros son los cuentos, el tercero la cruda realidad y el pilón es que en ese mismo periodo la banca privada que opera en el país acumuló utilidades superiores a un billón de pesos, limpias de polvo y paja, mientras la deuda por el rescate
bancario de 1995 no deja de crecer.
El gobierno zedillista heredó pasivos del Fobaproa (ya disfrazado de IPAB, gracias a la dupla prianista) por 648 mil millones de pesos; al concluir el gobierno foxista el saldo creció a 701 mil millones; al término del calderonista a 828 mil millones y al cierre del peñanietista a 948 mil millones (las cifras son de la Secretaría de Hacienda), con todo y que el erario nunca dejó de pagar por el referido rescate
, sin olvidar los citados pagarés del Fobaproa.
Así, sólo en lo que va del presente siglo, el capítulo cerrado
(Medina Mora dixit) sumó 302 mil millones de pesos a los pasivos del Fobaproa-IPAB, y contando, mientras los bancos aumentan sus utilidades netas vertiginosamente. Se trata, pues, de la vieja práctica: socializar los costos y privatizar las ganancias, sin olvidar que por el atraco a la Nación nadie terminó en chirona, y sobran los candidatos públicos y privados (comenzando por Zedillo y sus dos secretarios de Hacienda: Guillermo Ortiz y José Ángel Gurría).
Lo peor del caso es que en los 24 años transcurridos lo que los mexicanos han pagado por intereses rebasa el monto original del rescate
, y todavía les resta por cubrir –hasta ahora– alrededor de 950 mil millones de pesos.
Sirva lo anterior para digerir –bicarbonato a la mano– la información de La Jornada (Israel Rodríguez): después de 24 años de instrumentarse el rescate bancario mediante el Fobaproa, (con cargo al erario nacional) se ha pagado en intereses un monto superior al adeudo inicial, que era en 1995 de 521 mil millones de pesos (en aquel entonces el tipo de cambio peso-dólar rondaba 5.3 por uno).
Pese a que se ha erogado entre 622 mil millones y 800 mil millones de pesos por el salvamento de los bancos (en aquel momento en manos de especuladores bursátiles y empresarios amigos del régimen) todavía se adeudan más de 900 mil millones de pesos. Para la administración de estos pasivos el gobierno federal autoriza anualmente la contratación de créditos o la emisión de valores para canjear o refinanciar las obligaciones financieras del Fobaproa-IPAB (práctica que, por lo visto, no tiene fin).
Las rebanadas del pastel
Si a la Casa Blanca arribó ya con un preocupante grado de locura, a estas alturas de plano un manicomio le quedaría chico: “Donald Trump declarará ‘emergencia nacional’ para completar el financiamiento del muro en la frontera con México”.
Twitter: @cafevega