La oportunidad de una nueva Constitución
os políticos cumplen cada año el rito de hablar de la Constitución. Vivimos un momento de cambio, tan es así que se habla de la Cuarta Transformación. Todo proceso de transición culmina con un nuevo aparato constitucional en el que las propuestas de reformas se cristalizan. Por primera vez en el país una transformación profunda no ha sido precedida de una revolución violenta. La larga transición que abarca por lo menos 30 años culmina en paz, por lo que empieza a haber condiciones para que la Carta Magna se revise, reorganice o incluso se redacte una nueva.
Hace 50 años Daniel Cosío Villegas ya señalaba la necesidad de una amplia reforma a la Ley Suprema, exponiendo lo opaco de su articulado, lo anticuado que resultaba el texto ante los cambios inevitables, su lenguaje pedestre
y su gramática insufrible
. Actualmente el doctor Diego Valadés ha señalado las deficiencias de los cientos de reformas que se le han hecho a la Constitución que terminaron mutilándola, desordenándola y haciéndola incomprensible a la mayoría de los lectores.
Por lo tanto existe la obligación urgente de meterle mano a la Constitución. ¿Cuál sería el momento apropiado? Sin duda no sería el actual, sino después de las elecciones intermedias de 2021. Se renovará entonces la Cámara de Diputados federal y se convocará a un referéndum para que se ratifique o revoque el nombramiento del presidente. La población decidirá a favor de la Cuarta Transformación o en contra, replegándose hacia una posición más conservadora. Si vota por AMLO/Morena podría convocarse a una Asamblea Constituyente que tendría tres vías: a) revisar el texto actual para eliminar sus inconsistencias y redundancias; b) reorganizar la Constitución para quitarle textos que deberían estar en leyes secundarias, como propone Valadés; o, redactar una nueva Constitución que incorpore las propuestas de la Cuarta Transformación y los principios históricos del Estado mexicano.
¿En qué fecha podrían programarse los trabajos en cualquiera de estas líneas? Me gustaría que fuera el 5 de febrero de 2022. Una vez asimilado el resultado electoral del verano de 2021. Si el voto hubiera sido negativo habría que esperar otro momento histórico, quizás en 2024.
Colaboró Meredith González.