París. Los chalecos amarillos salieron a la calle este sábado en varias ciudades de Francia, en la manifestación número 13 desde que inició el movimiento de protesta, ahora debilitado después de tres meses de marchas y algunos incidentes en ciudades como París, donde un manifestante perdió cuatro dedos por el estallido de una granada de gas lacrimógeno lanzado por la policía.

La causa de la herida, según testigos y médicos voluntarios que participaban de la marcha, fue el estallido de una granada de dispersión lanzada por la policía contra los manifestantes, el hombre fue atendido por médicos voluntarios y seguidamente evacuado por los bomberos con una venda en el antebrazo.

Según un testigo que filmó lo ocurrido, Cyprien Royer, la víctima es un fotógrafo de los chalecos amarillos que tomaba fotos de la gente empujando las vallas que protegían la entrada del parlamento.

Cuando los policías quisieron dispersar a la gente, recibió una granada de dispersión en la pantorrilla, quiso darle un golpe con la mano para que no explotara en su pierna pero cuando la tocó estalló, explicó el testigo a Afp.

Más de 50 mil personas se movilizaron en toda Francia, 4 mil de ellas en París, una cifra inferior a protestas pasadas. Fueron detenidos al menos 20 inconformes.

Hace ocho días el número de personas movilizadas en París fue de unos 10 mil 500, aunque ese número es cuestionado por los chalecos amarillos, según una estimación realizada por el estudio Occurrence para diversos medios de prensa.

Los chalecos amarillos tienen múltiples reivindicaciones, que van desde una mejora del poder adquisitivo a una mayor justicia social y fiscal, pasando por una democracia más horizontal o la exigencia de referendos ciudadanos.

Otros incidentes se produjeron a lo largo de la manifestación en la capital francesa, que se dirigía hacia el bulevar Saint-Michel, en pleno centro de París, y en las proximidades de la torre Eiffel.

La prefectura indicó que hacia las 14 horas locales 10 personas fueron detenidas en la capital.

Desde hace semanas los manifestantes también han criticado de forma enérgica la peligrosidad de las armas utilizadas por la policía en la represión a los chalecos amarillos, en especial las granadas de dispersión y las balas de goma, que han causado graves heridas.

Varios cajeros automáticos fueron destruidos por manifestantes en el centro de París y una decena de automóviles resultaron incendiados.

En Twitter, el ministro del Interior, Christophe Castaner, calificó los ataques de intolerables, y expresó su indignación.

En la provincia de Dijon la manifestación pedía a gritos la renuncia del presidente Macron. En tanto, en Lorient, los chalecos amarillos reclamaban por el alza de productos alimenticios y la reducción de las jubilaciones y pensiones, las autoridades registraron alrededor de mil 700 manifestantes en Caen, mil 500 personas en Marsella, aproximadamente lo mismo en Montpellier, mil 800 en Metz y entre mil 500 y 2 mil personas en Lille.