Una década de trabajo
Domingo 10 de febrero de 2019, p. 16
Un grupo de 100 personas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) con sede en Guadalajara, Jalisco, logró producir bioetanol de manera rentable a partir de residuos agroindustriales, lo cual plantea un avance en la producción de biocombustible sin el uso de alimentos para el ser humano.
Tras una década de trabajos patrocinados por la Secretaría de Energía se pudieron resolver las cuestiones científicas que permitieron saber qué tan rentable es producir bioetanol a partir de residuos agroindutriales que se encuentran en México con mayor frecuencia, como paja de trigo y sorgo, rastrojo de maíz, así como bagazo de agave y de caña, explicó en una entrevista vía telefónica Arturo Sánchez Carmona, responsable técnico del clúster de Bioalcoholes y del Laboratorio de Futuros en Bioenergía del Cinvestav unidad Guadalajara.
Estos productos son conocidos como de segunda generación. Lo alcanzado por el Cinvestav es un poco para tratar de salvar la situación de los biocumbustibles de la primera generación, que se hacía a partir de caña en Brasil y de maíz en Estados Unidos. La producción de éstos en los años 90 fue uno de los factores que provocó el incremento de los precios de los granos básicos en el mundo
, comentó.
En el Cinvestav existe una biorrefinería distribuida en laboratorios, en los cuales es posible producir etanol para abastecer a ocho automóviles diarios, lo cual no es poca cifra
, dijo el experto.
Sánchez Carmona explicó que al menos en 60 países se utiliza bioetanol con gasolinas, aunque con una mezcla de porcentajes distintos. En México es una mezcla de 10 por ciento de etanol con gasolinas y en Estados Unidos hay combustibles que van de 10 a 85 por ciento.
Sin embargo, cuando se comenzó a producir etanol a partir de caña de azúcar y de maíz, en los años 90, se desconocían los problemas que provocarían ese tipo de insumos, que son propios de la cadena alimentaria del ser humano. Hubo estudios del Banco Mundial sobre aumentos de los precios de los granos hasta en 125 por ciento en un año, lo que se atribuyó a la política de Estados Unidos para producir bioetanol
, expuso el directivo.
A partir de ello inició un cambio para que ya no fueran usados granos básicos en la producción de biocombustibles y hacerla con residuos agrícolas, lo que se conoce como bioetanol de segunda generación.