Además del hacinamiento y deterioro que enfrentan por falta de mantenimiento, algunas unidades habitacionales construidas con el programa Renovación Habitación Popular promovido después del sismo de 1985, han comenzado a ser ocupadas por la delincuencia y ahora son focos rojos por la inseguridad, afirmó la titular de la Procuraduría Social (Prosoc), Patricia Ruiz Anchondo.

En entrevista, la funcionaria precisó que 2 mil 208 conjuntos habitacionales, equivalentes a 80 mil viviendas, se edificaron después del terremoto en seis demarcaciones –Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Benito Juárez– las cuales no han recibido recursos para su mantenimiento y que necesitan ser remodeladas.

Agregó que este año, a través del programa Rescate Innovador y Participativo en Unidades Habitacionales 2019, se dará atención prioritaria a trabajos de rehabilitación, por lo que tendrán pase automático cuyos inquilinos hagan la solicitud correspondiente y cumplan con los requisitos básicos.

Los apoyos que en conjunto suman 240 millones de pesos son para trabajos que resultan costosos y que no pueden ser cubiertos con las cuotas regulares de sus habitantes. Tienen que ver con la seguridad estructural de los inmuebles, la red hidráulica, las instalaciones eléctricas o el reforzamiento de escaleras, por lo que ahora se incrementó la ayuda y en lugar de 900 pesos serán 3 mil por vivienda.

Ruiz Anchondo explicó que las unidades que se construyeron o remodelaron después del sismo de 1985 por ser pequeñas no habían recibido ningún recurso de la Prosoc para mejoras: Ahora nos estamos dando a la tarea de recorrerlas e invitar a los vecinos a que se anoten en el programa.

Detalló que ya se abrió la convocatoria y tendrán hasta el 18 de abril para hacer sus solicitudes. Además de los edificios construidos con el programa Renovación Habitacional Popular, también se incluirán unidades con más de 20 años de antigüedad que hayan sido edificadas por algún organismo público de vivienda.

El programa también estará acompañado por un proceso de regularización de vivienda y apoyos extras a través de las distintas alcaldías, que por convenios realizarán trabajos de poda de árboles, balizamiento y limpieza.

Pablo Gutiérrez, habitante del Centro Histórico, indicó que muchas unidades que se construyeron para los damnificados del sismo de 1985 se han convertido en bodegas o en locales comerciales, y en las que aún conservan un uso habitacional padecen de un grave deterioro porque casi nadie paga cuotas de mantenimiento, ya que no hay una mesa directiva al no estar bajo régimen condominal.

El único apoyo al que de forma ocasional tienen acceso es al otorgado por la entonces delegación Cuauhtémoc, la cual ofrecía pintura, mano de obra o tinacos, pero desde hace tres años no se otorga.