Ir a Las Vegas y apostar todo, deseo del protagonista, explica su autor
Viernes 8 de febrero de 2019, p. 6
La estructura de la novela All In Sinatra, de Pedro Zavala Chaparro (Ciudad de México, 1981), publicada por Penguin Random House, se articula con los movimientos del Texas holdem, versión del póquer.
Con ese ritmo el comienzo de esta historia es más tranquilo y conforme avanza aumentan las apuestas y el riesgo de perder se incrementa.
‘‘Jugué póquer y pienso que es el juego de la vida; ayuda a conocerte, comprendes tu parte visceral y animal, al mismo tiempo racional. Te vuelve una persona más desconfiada y muy observadora de lo que pasa en el entorno. Hay un dicho en el juego que dice: ‘si no sabes quién es el pendejo en la mesa, entonces el pendejo eres tú”, sostiene el autor en entrevista con La Jornada.
Génesis Montesinos, profesor de literatura en una universidad mexicana, tiene más de 60 años de edad y es aficionado a Frank Sinatra; decide viajar a Las Vegas para apostarlo todo y terminar con su vida.
El juego de póquer le da una visión fresca a la vida monótona del protagonista; ‘‘es cuando empezamos a perder amores, pasiones, cosas que estuvieron presentes en nuestra juventud y que de manera paulatina por el torbellino de las obligaciones vamos perdiendo. Nos convertimos en engranes de una gran máquina que necesita estar bien alineada y aceitada para que funcione”, explica el narrador.
Inicio del fin del viaje
‘‘La ciudad de Las Vegas –añade Pedro Zavala Chaparro– representa el inicio del fin del viaje, la parte en la que Génesis comienza a abrirse a otras experiencias y espacios que antes no se permitía; lo veo como un ascenso macabro”, define el autor de esa obra galardonada con el Premio Mauricio Achar Literatura Random House 2018.
Para el personaje principal es fácil llegar a ese momento y tener esa falta de respeto por el dinero y mandar todo a la basura porque simplemente quiere asesinarse y no encuentra más sentido que apostarlo todo.
‘‘No sé si Génesis sea un chico malo o bueno; sólo es un ser humano que muestra lo gris que puede ser la vida más allá de mirar los blancos o negros. Es una persona que no sólo ocupa los confines de esas páginas, sino que puede estar deambulando por la ciudad; me gusta imaginar eso.”
Pedro Zavala Chaparro, quien creó su novela en unos cinco años, añade: ‘‘El mayor reto fue ponerme a escribirla; la redacté cuando iba a nacer mi hijo y en la mitad del doctorado. Lo difícil fue encontrar las horas y hacer a un lado la neurosis familiar.
‘‘El premio Mauricio Achar en su cuarta edición que obtuve con All In Sinatra es importante, pues se trata de un proyecto cultural en un país donde el gobierno apuesta menos por el arte y la cultura.
‘‘Espero que este libro tenga sus lectores y que éstos encuentren en aquél algunas líneas que los ayuden en su vida y su viaje”, plantea.
Además, recomienda a los escritores jóvenes como él que mantengan la necedad de contar algo, que se erija en un proyecto para incitar a levantarse todos los días, que ‘‘traten a la literatura como una diosa, de la cual poseemos un pedazo.
‘‘Me quedo con lo que dijo Rodrigo Fresán en una entrevista que leí: no, no hay mayor alquimia que el hecho de que unos símbolos negros en una hoja entren por los ojos y generen sensaciones”, concluye.