Martes 5 de febrero de 2019, p. 11
Ayer comenzaron los operativos policiaco-militares en Tijuana, Baja California, como parte de la estrategia anunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador ante el incremento de la violencia en la entidad, particularmente en esta ciudad, donde los homicidios se dispararon.
El pasado 1 de febrero, el titular de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, informó que la vigilancia se reforzaría con mil 800 militares, mientras el Presidente dijo: Vamos a buscar serenar al país con trabajo y bienestar
y anunció que la estrategia de pacificación se sustenta 80 por ciento en empleos y apoyos, en tanto, 20 por ciento tiene que ver con garantizar la seguridad pública.
Como parte de las acciones que se observan desde ayer, militares y agentes municipales colocaron retenes en diferentes puntos de la ciudad para hacer revisiones aleatorias en automóviles. También hicieron rondines en las zonas más conflictivas.
Antes del anuncio, el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, había pedido apoyo federal para combatir la delincuencia; explicó que la mayoría de los homicidios están relacionados con el narcomenudeo y el tráfico de armas, por lo que además solicitó que la portación sea considerada dentro de los delitos que ameritan cárcel preventiva.
En los dos años de la administración del panista Gastelum Buenrostro se han contabilizado 4 mil 500 ejecuciones.
Violencia en otros estados
En Nuevo León se informó la localización de un cuerpo desmembrado en hieleras que fueron dejadas frente a los penales de Apodaca y Topo Chico, así como en la sede de la Policía Ministerial en Monterrey la mañana de este lunes. Según las autoridades, es un mensaje entre grupos delincuenciales que se disputan el control de los internos.
En Guerrero, tres presuntos policías comunitarios del grupo Por la Paz y la Justicia, organización vinculada a la banda criminal Los Ardillos, fueron detenidos el domingo por miembros de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores, en Xicotlán, en Chilapa de Álvarez, junto con siete policías municipales.