En la primera visita de un mandatario extranjero a México en la nueva administración, el jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, y el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, reforzaron los lazos de amistad entre ambas naciones y acordaron fortalecer las relaciones económicas y comerciales con la determinación de que las empresas que inviertan en territorio nacional actúen con honestidad.

En conferencia de prensa conjunta, López Obrador reconoció que México requiere de la inversión privada nacional y extranjera, pero pidió a las empresas de otros países, sin dedicatoria a ninguna nación, aclaró, que “haya un comportamiento ético; no queremos que las empresas extranjeras actúen violando las leyes o propiciando, aceptando o participando en actos de corrupción, de soborno.

“Es también una práctica y política del gobierno de España el que se actúe con honestidad, el que se tenga un auténtico estado de derecho, respeto a las leyes y que no se permita la corrupción, la asociación delictuosa entre empresas y servidores públicos… De modo que no veo obstáculos de ningún tipo para que se fortalezcan las relaciones económicas y comerciales.”

Sostuvo que las empresas españolas tienen las puertas abiertas y aseguró que no pretende modificar la regulación para las comisiones bancarias, pero será respetuoso de las determinaciones que al respecto adopte el Congreso de la Unión.

Pedro Sánchez destacó que hay 6 mil empresas españolas en México –el capital extranjero más importante, después de Estados Unidos– que generan un millón de empleos y resaltó la disposición privada a invertir en grandes obras de infraestructura, como el Tren Maya.

López Obrador destacó que existen condiciones inmejorables para que la relación con España se fortalezca, al definir a Pedro Sánchez como un hombre con vocación democrática, con dimensión social, que pertenece a un movimiento progresista muy cercano, parecido a lo que nosotros representamos en México.

Entre las coincidencias, destacó su impulso a establecer un Estado de bienestar a partir del combate a la corrupción, como se distinguió España durante mucho tiempo, lo que significó un gran avance en su democracia. Criticó a quienes de manera superficial consideran esa política anacrónica, cuando ha sido base para el desarrollo de los pueblos.

Sánchez Pérez-Castejón destacó el reforzamiento de los lazos este año, cuando se celebra el 80 aniversario del exilio español. A propósito, en la reunión privada que sostuvieron durante casi una hora en Palacio Nacional, que incluyó un recorrido por el recinto histórico, los mandatarios resaltaron el papel que tuvo México en esa coyuntura. Acordaron la creación de una comisión organizadora de los actos conmemorativos, que encabezará Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del presidente Lázaro Cárdenas, quien propició el exilio español tras la Guerra Civil.

En declaración conjunta, dijeron que comparten las metas del Pacto Mundial para una Migración Ordenada adoptado por la Organización de las Naciones Unidas y reconocieron la importancia de combatir las causas que originan la migración forzosa mediante iniciativas como la que emprendió México.

Más tarde, Pedro Sánchez obsequió a López Obrador el acta de nacimiento de su abuelo, José Obrador Revuelta, quien nació en Cantabria en 1893. En la comida de honor que ofreció López Obrador en el Colegio de San Ildefonso, dijo que ese regalo fue con el propósito de estrechar sus lazos de amistad.