Consejas populares
e acumulan las acusaciones contra el ex diputado local y actual delegado único del gobierno federal en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, y contra integrantes del grupo de militantes cercanos de Morena que lo apoyan.
No es cualquier ciudadano el que acusa. El martes anterior lo hizo el secretario general de su partido en el estado, Marcial Rodríguez Saldaña, pero ya antes lo había hecho la diputada local Érika Valencia Cardona, entre otras personas que, por su relación de militancia política, deberían estar de su lado, pero no es así.
El doctor Rodríguez Saldaña denunció que el ex líder estatal morenista está detrás del censo irregular de los programas de la Secretaría de Bienestar que lleva a cabo un allegado de Sandoval Ballesteros –el ex militante Ignacio Meneses Hernández–, a pesar de haber sido sancionado por ello.
Un diario local ha documentado, incluso con fotografía en portada, que adultos mayores se presentan en el Centro de Capacitación y Formación Política de Morena en Acapulco –es decir, una oficina partidista– a solicitar que los inscriban en los programas de la dependencia federal. Como es fácil comprender, tanto el censo como la inscripción deben ser llevados a cabo por personal y en instalaciones del gobierno. Pero en este caso no ha sido así.
La diputada local, por su parte, denunció en su momento que Sandoval Ballesteros ha propiciado ataques verbales –incluso en el recinto parlamentario–en su contra y del representante de Morena ante el IEPC, Sergio Montes, a quien utiliza como su operador y sicario cibernético
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También en otro momento lo acusó el gobernador Héctor Astudillo Flores de haber instigado y operado el abucheo que el mandatario sufrió en la más reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador en Tlapa.
Admitiendo, sin conceder, que tales acusaciones fueran exageraciones al calor de la contienda política, dado que para algunos la competencia electoral para la gubernatura y los otros cargos de elección popular que estarán en juego dentro de tres años ya comenzó, el hecho es que las denuncias fueron hechas y ahí quedaron, como constancia de que algo irregular está ocurriendo.
Claro, hay otra conseja popular, también certera: calumnia, que algo queda... podría argumentarlo el acusado en su defensa.