Melbourne. La japonesa Naomi Osaka, de 21 años, venció a la checa Petra Kvitova en la final del Abierto de Australia, por lo que logra su segundo grande consecutivo tras el US Open, resultados que el lunes la llevarán a ser la número uno mundial del tenis femenino, lo que ningún representante de su país había obtenido.

En un gran partido Osaka, cuarta favorita, se impuso a Kvitova, sexta sembrada, en tres sets: 7-6 (7/2), 5-7 y 6-4 en 2 horas y 27 minutos.

La jugadora japonesa de origen haitiano es la tercera desde hace 15 años, sin contar a la leyenda Serena Williams, en ganar dos torneos grandes de manera consecutiva, tras las belgas Kim Clijsters y Justine Henin.

Osaka tuvo que superar una montaña rusa emocional en esta final. Tras imponerse en un primer set muy ajustado que se definió en el tie break, se dirigía hacia una victoria en dos mangas cuando estuvo a tres puntos de partido con servicio de Kvitova (5-3).

Pero la jugadora checa de 28 años ganó nueve de los 10 siguientes puntos para empatar el partido ante una Osaka que cometía una doble falta y se sentaba entre lágrimas con el rostro cubierto.

No se hundió efectivamente y regresó en el tercero para dominarlo, ayudada por un rompimiento inicial, ante una Kvitova que no volvió a ofrecer la versión del segundo set.

Al finalizar, la jugadora cayó sobre sus rodillas y lloró de felicidad con un público que le rindió tributo en la Rod Laver. Es la segunda jugadora más joven en ganar dos grandes consecutivos desde que lo hiciera Martina Hingis en 1998 y también en ocupar el puesto de honor desde la danesa Caroline Wozniacki en 2010, cuando tenía 20 años.

Kvitova, doble ganadora de Wimbledon (2011 y 2014), perdió por primera vez una final del Grand Slam. Ha vuelto al máximo nivel poco más de dos años después de resultar herida de gravedad en su mano izquierda durante un asalto a su casa. La agresión la mantuvo seis meses fuera y puso en grave riesgo su carrera.

Tuviste que pasar por tantas cosas, le dijo a Osaka a Kvitova durante la ceremonia de premiación. “Me siento honrada de haber jugado contigo en la final de un Grand Slam”.

Este domingo, el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic se verán las caras en la final individual en la que cada uno aspira a dar mayor lustre a su nombre con grandes retos y récords.