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Instalaciones que convierten el sonido en arte: Cardiff y Miller, en el Marco

Seis salas del recinto alojan trabajos que involucran elementos acústicos y visuales, e incluso al espectador

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 27 de enero de 2019, p. 2

Monterrey, NL., Después de cuatro años de espera, Janet Cardiff (1957, Brussels, Ontario) y George Miller (1960, Vegreville, Alberta) llegan por primera vez a México al Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey para presentar sus instalaciones que han sorprendido al mundo por convertir el sonido en arte.

Su propuesta depende de sofisticados aparatos fabricados por ellos mismos, así como de elementos esculturales pesados en movimiento, objetos como libros, bocinas, muñecos, marionetas, candelabros, vehículos, equipo de iluminación y, lo más importante: la participación del espectador. 

Reconocidos por sus piezas que pertenecen a las colecciones permanentes del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Tate de Londres, el Museo Astrup Fearnley de Oslo, entre otros, Cardiff y Miller presentan en el país nueve instalaciones monumentales que ocupan varias salas del Marco.

Cuando empezamos a trabajar con pintura, con imágenes planas y después con el sonido, nos dimos cuenta de que las técnicas eran parecidas, todos son medios físicos, al sonido casi podemos sentirlo y verlo también, explicó Cardiff en una visita guiada por el recinto.

El curador de la muestra, Gonzalo Ortega, señaló que Cardiff y Miller es una de las exposiciones más representativas del arte sonoro internacional que se ha exhibido en México por la calidad de los detalles de cada pieza.

Las obras, creadas entre 2001 y 2015, que se presentan en el Marco ofrecen al visitante la experiencia sensorial de una realidad diferente que inunda de emoción, confusión y misterio, donde el protagonista es el sonido.

Las instalaciones son trabajos que involucran tanto la presencia musical como la teatral, y el propio Miller identifica algunas de ellas como un performance pero, sobre todo, hacen posible una correlación acústica y visual con los espacios que intervienen.

The Marionette Maker (2014) es la obra cinética que da la bienvenida a la muestra. Se conforma por una casa rodante que invita al público a acercarse para ver a través de las ventanas el mundo de la fabricación de marionetas y escuchar cómo se mueven los hilos que las sostienen.

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Experiment in F# Minor y Opera for a Small Room, dos de las propuestas que se exhiben en el recinto de Monterrey hasta el 9 de junio.Foto cortesía del museo

Cardiff resaltó que la pieza clave de esa instalación es la réplica que hay de ella misma dentro del vehículo. La figura de la artista reposa dormida dentro de la camioneta entre muñecos, títeres y luces de colores.

Sala de conciertos única

Cardiff y Miller se apropia de seis salas del Marco, con instalaciones que penetran los sentidos y emociones del público.

Experiment in F# Minor (2013) compuesta por altavoces, una constante en la obra de Cardiff y Miller, funcionan de manera simultánea en conjunto con el público, pues a medida que los espectadores se mueven por la sala sus sombras hacen que las diversas pistas de sonido e instrumentales comiencen a escucharse, se mezclen y desaparezcan. 

El Marco se convierte en una sala de conciertos única en su clase, ya que cuando está vacía, los altavoces se quedan en silencio.

Cada sonido de la instalación fue mezclado en un estudio por los mismos artistas; incluso, Cardiff prestó voz para la instalación The Murder of Crows (2008), compuesta por 98 altavoces montados alrededor de filas de sillas.

Esta obra trata de involucrar al espectador en la atmósfera narrativa de un sueño mientras se escuchan la voz, música electrónica y el sonido del océano. Lo bueno del sonido es que sobrepasa el intelecto y puede afectar a las personas emocionalmente, expresó Miller.

La colaboración artística entre ambos autores comenzó en 1982, cuando se conocieron en la universidad.

Temo que nuestra cultura esté perdiendo el sentido del sonido, porque nos hemos vuelto más y más ruidosos, concluyó Cardiff.

La exposición de los artistas canadienses permanecerá en Monterrey hasta el 9 de junio.