México ratificó a Estados Unidos su negativa de convertirse en tercer país seguro que admita a sus peticionarios de asilo. A pesar de calificar como unilateral la medida del país vecino, dijo que aceptará a un grupo de 20 centroamericanos que en las próximas horas serán enviados por la garita de Tijuana, Baja California.

El gobierno mexicano dijo en un pronunciamiento oficial emitido ayer que recibirá a ese grupo, en respeto al principio de no devolución y en congruencia con la nueva política migratoria, aunque precisó que no acogerá a menores de edad solos (sin la compañía de un familiar adulto) y tampoco a personas con problemas de salud. Un análisis particular se hará cuando se trata de familias, por la complejidad que implica su recepción en México.

Advertencia de EU

En el comunicado conjunto de las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores no se detalla qué hará México si Estados Unidos cumple su advertencia de enviar a 20 migrantes cada día y si extiende la acción al resto de las garitas de la frontera común. Tampoco se hace mención de la advertencia emitida por el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, en el sentido de que se carecía de condiciones legales y operativas.

Cambia Trump la política migratoria

Estados Unidos iniciará así la implementación de la sección 235b2c de su Ley de Inmigración y Nacionalidad, emitida el 20 de diciembre pasado. México se limitó a responder que no acepta un acuerdo de tercer país seguro con su contraparte porque ello implicaría un compromiso vinculante de procesar en nuestro territorio todas las solicitudes de asilo a Estados Unidos de migrantes que pasen por nuestro país y responsabilizarnos de lleno por su situación jurídica.

Desde entonces, se indica en el comunicado, México ha manifestado que, con base en el compromiso con los derechos humanos y en beneficio de las personas migrantes, admitiría el ingreso de ciertas personas extranjeras provenientes de EU que hayan recibido un citatorio ante un juez migratorio. Lo anterior, agregó, se hará mediante permisos de acceso por razones humanitarias que, de manera temporal, permitan a esas personas su estancia regular en México.

Nuestro país suscribe y respeta el principio de no devolución, consagrado en el derecho internacional, conforme al cual ningún Estado podrá poner a un solicitante de asilo en el territorio de cualquier país en el que su vida esté en riesgo por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social o por sus opiniones políticas.

Comienza el regreso

Por lo pronto, los 20 centroamericanos quienes se presume ingresaron a Estados Unidos vía México tendrían visa humanitaria mexicana que les permite entradas y salidas múltiples del territorio nacional.

Una vez que los extranjeros obtengan respuesta a su petición de asilo, su estancia será responsabilidad de Washington, aun cuando los migrantes apelen el resultado de su trámite; es decir, ya no podrían continuar en México.

Después de distintas reuniones, la parte estadounidense informó de su intención de implementar una primera fase.

“Su pretensión –se explica en el comunicado– es que esa medida se extienda paulatinamente a los demás puntos de entrada en la frontera común. La parte mexicana comunicó que, en cualquier caso, la entrega de las personas deportadas debe realizarse cumpliendo las leyes mexicanas”.