Las declaraciones de ayer del narcotraficante Dámaso López Núñez, El Licenciado, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, de que fueron los hijos del capo Joaquín El Chapo Guzmán Loera quienes ordenaron el asesinato de Javier Valdez Cárdenas –corresponsal de La Jornada en Sinaloa– por desobedecer, obliga a la fiscalía a profundizar las investigaciones realizadas hasta ahora, consideró la viuda del periodista, Griselda Triana.

Puede que este nuevo elemento dé un vuelco a la teoría del caso que hasta ahora manejó la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), de que López Núñez, quien ocupó un lugar predominante en el entorno de El Chapo hasta su ruptura, pudo haber sido quien dio la orden de ejecutar al reportero.

O puede que no, que su versión se confirme. Lo que cambia es que ahora el nuevo fiscal está obligado a profundizar.

Afectada por la noticia que vuelve a impactar en el dolor de la familia Valdez Triana, la compañera de Javier, también periodista, insiste en su exigencia indeclinable: Se tiene que llegar hasta el fondo. No nos importa, como familia, que se señale a una u otra organización. Lo que demandamos y seguiremos demandando hasta que se llegue a la verdad es justicia. Quien dio la orden de matar a Javier tiene que ser castigado.

Esta nueva revelación, cierta o no, entraña el reto, para el gobierno mexicano, de extender la investigación hasta Estados Unidos, porque las dos personas que han sido mencionadas como posibles autores materiales están allá: Dámaso López ha sido sentenciado y Joaquín Guzmán sigue en proceso en un tribunal de Nueva York.

En opinión de Triana, los investigadores mexicanos sí tendrían facultades legales para acceder tanto a El Licenciado como a El Chapo, de acuerdo con la legislación internacional, para agotar esas líneas de investigación. Acceder y eventualmente interrogar a los dos es el reto. Ya desde el gobierno de Barack Obama, por conducto de la entonces embajadora en México Roberta Jacobson, Washington había puesto a disposición de las autoridades mexicanas toda la voluntad y apertura. Ahora hay una nueva oportunidad que se debe aprovechar. Corresponde al nuevo fiscal, Alejandro Gertz Manero, y al titular de la Feadle, que sigue siendo Ricardo del Pozo.

A mediados del año pasado, Dámaso López fue extraditado a Estados Unidos para ser juzgado en una corte de Virginia y como pieza relevante en el proceso contra El Chapo Guzmán. Fue sentenciado a cadena perpetua.

Antes de su entrega a las autoridades estadunidenses, El Licenciado admitió que las dos personas detenidas como presuntos responsables del homicidio de Javier Valdez, Heriberto Picos, El Koala, y Juan Francisco N, El Quillo, efectivamente trabajaban bajo sus órdenes, lo mismo que un tercer implicado de nombre Luis Ildefonso N, El Diablo, reportado como muerto.

Ayer Dámaso López cambió su versión y mencionó a Iván y Alfredo Guzmán, hijos de mi compadre, de ser quienes ordenaron el asesinato del periodista, también fundador del semanario Ríodoce, de Culiacán, porque dispusieron que una entrevista telefónica que realizó Valdez a López Núñez no se publicara. El trabajo, efectivamente, se publicó.