Suman casi 2 mil; 400, menores
Martes 22 de enero de 2019, p. 30
Tapanatepec, Oax., Alrededor de 800 migrantes centroamericanos llegaron a Oaxaca este lunes. Unos 500 se sumaron a los mil 368 que arribaron a la entidad el domingo y se refugiaron en el municipio de Tapanatepec, mientras otros tantos continuaron su camino hacia la localidad de Matías Romero.
Los migrantes son todos indocumentados, pues no aceptaron integrarse al programa de regularización que ofreció el gobierno federal, y aseguraron que así avanzarán hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
Personal regional de Protección Civil, junto con los organizadores de esta caravana migrante, la primera que llega a Oaxaca en 2019, realizó un conteo de los integrantes del éxodo. Entre ellos hay más de 400 menores, siete mujeres embarazadas, nueve personas de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transgénero e intersexual y dos más con capacidades diferentes, quienes viajan en sillas de ruedas. El resto son familias enteras y en mayor número, jóvenes.
Católicos de la parroquia San Pedro Apóstol de Tapanatepec compartieron alimentos con los migrantes, al igual que autoridades municipales encabezadas por el alcalde, Ruffo Soriano, quien días antes declaró no tener recursos para recibirlos, aunque finalmente les proporcionó comida.
Elementos de Protección Civil federal, de los servicios de salud de Oaxaca, del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal, del grupo Beta y de la Policía Federal brindaron a los refugiados servicio médico, aunque advirtieron a los migrantes que en adelante su alimentación correrá por cuenta propia.
Los centroamericanos señalaron que decidieron permanecer en Tapanatepec por segundo día para reforzar la caravana –por ello esperaron al resto de sus compañeros de viaje– con la finalidad de avanzar de manera multitudinaria en las primeras horas del martes hacia Matías Romero.
Victoria es la más pequeña de una familia de mujeres migrantes, tiene apenas siete meses y ya pasa sed y hambre. Aunque su madre, Aime Rocío, de 25 años de edad, presume su buen estado de salud, le preocupa que vaya a enfermarse durante la larga travesía hacia la frontera estadunidense.
Aimé Rocío viaja con sus otras dos hijas menores de edad y su cuñada, Flor Aguilar, de 27 años, quien trae a dos hijas. En total son siete mujeres que buscan llegar a Estados Unidos y emplearse de cualquier cosa, con la idea de que volver a Honduras sería lo peor, porque allá no hay empleo y abunda la violencia.
Buen trato, en México
Explicaron que la travesía ha sido muy complicada, pero en México han recibido buen trato. Flor explicó que salió de Honduras porque allá nos pagan poco, me dedicaba a elaborar comida y muy mal remunerada, entonces cuando escuchamos que una caravana estaba saliendo decidimos unirnos, no sabemos quién coordina, pero sabemos que unidos vamos a llegar a nuestro sueño y trabajar por el bienestar de nuestras hijas
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