La falta de diversificación de la infraestructura de petrolíferos ha afectado la seguridad energética de México, definida como la disponibilidad ininterrumpida de fuentes de energía a precios accesibles, aseguró el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

Manifestó que de 2000 a 2017, con la construcción de una nueva terminal de almacenamiento y reparto (TAR), la capacidad de almacenamiento de petrolíferos, como gasolina y diésel, creció 0.4 por ciento, pero en el mismo periodo la demanda de éstos aumentó 42.3 por ciento.

En la actualidad, México cuenta con 73 terminales de almacenamiento, que suman una capacidad operativa de 11 millones 971 mil 619 barriles, aseguró el organismo.

Señaló que las TAR están distribuidas en diversas regiones del país, lo que determina el tipo de suministro que las alimenta, dada la cercanía a las refinerías y la geografía regional, limitando a algunas a escasos medios de transporte.

Esto aumenta la vulnerabilidad de abasto de energía en las comunidades cercanas, lo cual sugiere que una menor diversificación de medios de refinación y de transporte afecta la seguridad energética.

El coordinador de Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, Alejandro Limón, destacó que otro aspecto que perjudica la seguridad energética es el nivel de inventario que una región puede almacenar.

En promedio, agregó, la cantidad de días que las TAR pueden satisfacer la demanda es de 7.5 de gasolinas y 6.9 de diésel.