Domingo 20 de enero de 2019, p. 12
Tras la designación de Alejandro Gertz Manero como titular de la recién creada Fiscalía General de la República (FGR), es necesario superar la controversia que rodeó el proceso de nombramiento y ayudar a que dicha institución funcione, pero al mismo tiempo trabajar para que la figura del fiscal tenga contrapesos suficientes y no se vuelva intocable.
Así lo indicó Luis Manuel Pérez de Acha, ex aspirante a dirigir la FGR, quien consideró que aunque las expectativas de la sociedad frente al trabajo de Gertz son muy altas, por la gravedad de los asuntos a resolver, también se debe ser paciente para que dé los resultados deseados.
En este momento, creo que lo que toca es colaborar para que la FGR logre su autonomía y estar al pendiente del trabajo de Gertz, sobre todo en el primer año, que es el de la transición (de la Procuraduría a la Fiscalía General de la República). Al margen de calificativos o de fobias, él ya es el fiscal y ahora debemos ver cómo construimos
dicha institución, afirmó.
El ex integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción –cargo al que renunció para contender por la FGR– enfatizó que no se trata de ser obsecuentes o paleros, sino de entender que la Fiscalía no es del Presidente ni del Congreso, sino una institución del Estado mexicano. Démosle una oportunidad al nuevo fiscal
.
Al mismo tiempo, Pérez de Acha llamó a poner atención en diversos aspectos de la figura del fiscal, como el tiempo exageradamente largo
(nueve años) en el que ocupa su cargo, o el hecho de que no tiene contrapesos fuertes en este momento.
Es cierto que se debe trabajar en la garantía de inamovilidad del fiscal, pero también de su posible remoción con contrapesos, porque si no los tiene, enloquece o asume actitudes arbitrarias, se vuelve un brazo perverso del Estado. Es una locura pensar que una persona con el poder de destruir vidas de manera arbitraria sea imposible de remover
, alertó el experto en derecho constitucional.
Llamó a tener una dosis significativa de paciencia
para que Gertz dé resultados en temas tan diversos como Odebrecht, el huachicoleo y el rezago de 300 mil expedientes que tiene la institución.