Jueves 10 de enero de 2019, p. 7
Las entidades con mayor incidencia en el robo de hidrocarburos (Guanajuato, Jalisco y Puebla) han registrado desde 2015 un incremento constante –y en ciertos rubros exponencial– de delitos.
Durante 2015, Guanajuato abrió 863 carpetas de investigación por homicidio doloso y el año pasado (periodo enero-noviembre) llegó a 2 mil 367.
Otra singularidad es el alto uso de armas de fuego, ya que se dio en 81.9 por ciento de cada 100 ataques, cifra por encima del promedio nacional de 68.8 por ciento.
El alza en delitos de alto impacto permeó otras circunstancias que revelan aumento de inseguridad y violencia, como el robo a transportistas, a negocio y, en el caso específico de Guanajuato, el narcomenudeo, el cual pasó de 3 mil denuncias en 2015 a casi 8 mil en los primeros 11 meses de 2018.
Lo anterior se muestra en cifras oficiales difundidas por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La relación robo de combustible o huachicoleo con el repunte de la incidencia delictiva fue reconocida en su momento por integrantes del gabinete de seguridad de la administración anterior, quienes advirtieron del auge de grupos de la delincuencia organizada, con énfasis en el Bajío, aunque los operativos se extendieron al norte y al Golfo de México.
En Guanajuato, el robo en general pasó, en el periodo comparado, de 31 mil 655 denuncias a 39 mil 264, y el saqueo a negocios de 5 mil 43 a 6 mil 382.
Mientras, en Jalisco los homicidios dolosos se duplicaron en el lapso 2015-2018; hay un aumento de 40 por ciento en robos, en particular a transportistas, aunque en el caso de saqueo a negocios la incidencia se incrementó de 2 mil 773 (hace tres años) a 6 mil 225 hasta noviembre pasado. Aquí bajó notablemente el narcomenudeo y el secuestro.
En cuanto a Puebla, también se duplicaron los asesinatos intencionales; subieron los casos de secuestro, violaciones, robos en general y a transportistas en particular, al pasar de 414 durante 2015 a 4 mil 176 entre enero y noviembre de 2018.
Igualmente hay un alza en el robo a negocios (se duplicaron) y, al contrario, cayeron las denuncias por narcomenudeo.
Las cifras corresponden a delitos del fuero común, es decir, cuya responsabilidad recae en las fiscalías estatales.