El desabasto de gasolinas en los estados del centro del país no ha ocasionado, hasta el momento, graves problemas en el reparto de insumos ni encarecimiento de los mismos entre industrias y comercios de la zona, pero el riesgo de que esto suceda no está descartado si no se reguliza el servicio, aseguró Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Sí hemos tenido algunos reportes de dificultades y complicaciones de abastecimiento de combustible entre las empresas y sus proveedores habituales, pero no a una escala que haya puesto en riesgo sus operaciones. Afortunadamente no es generalizado, precisó el dirigente del sindicato patronal, en entrevista con La Jornada.

Alertó que el desabasto o el no llevar a cabo un abasto ordenado puede generar un fomento de la actividad ilegal, pues quienes tengan gasolina almacenada ilícitamente pretenderán venderla más cara para hacer su agosto.

Puntualizó que la Coparmex respalda el esfuerzo del gobierno federal para tratar de erradicar el robo de combustible, pero exige que, por conducto de Petreóleos Mexianos (Pemex), lo lleve a cabo con mayor planeación e inteligencia logística, para que ese combate a la ilegalidad no se traduzca en una afectación a las empresas formales.

Acciones no permanentes

También advirtió que el gobierno federal no debe privilegiar ni hacer permanente el reparto de gasolina a través de pipas, como ocurría hace 40 años, en lugar de utilizar la red nacional de ductos.

“Sería un claro error en todos los sentidos, porque en primer lugar se dejaría una capacidad instalada ociosa, lo cual es inaceptable. En segundo término resulta más ineficiente el traslado de combustible a través de pipas. En tercer sitio, se pone mucho más en riesgo el suministro con esta forma de distribución, porque por condiciones climatológicas pueden no llegar y también podría haber un incremento de la inseguridad, pues se pueden robar los camiones de reparto.

Adicionalmente, el uso de estos vehículos implica un riesgo ambiental. Así que por donde lo veamos, aquí y en todo el mundo usar los gasoductos y oleoductos es la opción adecuada, aseveró De Hoyos.

Además, repartir con pipas eventualmente puede desencandenar el encarecimiento de las gasolinas y, en consecuencia, el de insumos y mercancías de los diferentes sectores productivos.

El presidente de la Coparmex sentenció que erradicar por completo el robo de combustible en los ductos no es una tarea imposible y se puede concretar en un periodo de tiempo bastante breve si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador realmente tiene la intención de hacerlo y lo lleva a cabo con inteligencia y coraje.