La Secretaría de Salud (Ssa) heredó de la administración anterior un contrato plurianual cerrado cuya vigencia concluye en 2032. Garantiza a Biológicos y Reactivos de México (Birmex), empresa paraestatal, que será el proveedor exclusivo de la vacuna contra la influenza, la cual adquiere a su vez del laboratorio Sanofi Pasteur.

En ese periodo, la Ssa a través del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) invertirá más de 17 mil 500 millones de pesos.

Los detalles del contrato se mantienen bajo reserva por cinco años, que vencen en 2022, por cuestiones de seguridad nacional y es que esta triangulación Censia-Birmex-Sanofi, incluye el compromiso del laboratorio privado de construir una planta para la fabricación del biológico contra la influenza, cuya obra ya se inició.

En documentos oficiales de Birmex, de los cuales La Jornada tiene copia, se reconoce que difundir el contenido del contrato que se asignó de manera directa, sin licitación pública y se firmó el 29 de diciembre de 2017, podría llevar a su cancelación y a que no se construya la planta. Lo anterior, porque en el mercado existen proveedores que podrían mejorar los precios del biológico, reconoce el acta de una sesión extraordinaria del comité de transparencia de Birmex.

Se justificó la existencia del acuerdo en que la paraestatal tiene una vocación eminentemente social y busca preservar la seguridad nacional, mientras sus competidores (laboratorios privados) pretenden su interés particular y la generación de riqueza.

Lo cierto es que el contrato plurianual implicó en 2018 la erogación de 806.2 millones de pesos por 15 millones de dosis de la vacuna contra la influenza.

Aunque el documento ya establece la exclusividad para Birmex, se firmaron otros dos contratos el año pasado. Uno en julio por 537 mil 550 dosis cuyo costo fue de 28.9 millones de pesos y otro el 31 de octubre mediante el cual se adquirieron otras 686 mil 478 dosis por 36.9 millones de pesos.

El total de la inversión para la actual temporada de influenza fue de 872 millones de pesos, pues el precio de cada dosis está pactado en 53.75 pesos.

Los recursos que respaldan el contrato plurianual que también incluye la exclusividad para la compra de la inmunización pentavalente (difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis y Haemophilus influenzae tipo b) provienen del ramo 12 de la Ssa. Fueron autorizados por la Secretaría de Hacienda y obligó a utilizar recursos del Seguro Popular para adquirir el resto de las vacunas del esquema universal.

Con ese convenio comercial se dio salida al frustrado proyecto para que Birmex construyera la planta a que se había comprometido durante el sexenio de Felipe Calderón, pero que por errores administrativos aún sin aclarar, no pudo concluir.

Durante las administraciones panistas de Vicente Fox y Calderón se buscó que México fuera autosuficiente en la producción de la vacuna contra la gripe de invierno y, con ello, evitar carencias como las que hubo en 2009 cuando ocurrió la pandemia de influenza. Algunas dosis llegaron a nuestro país hasta principios de 2010.

De ahí surgió el plan de instalar una fábrica en territorio nacional. Ya en la administración de Calderón, los gobiernos de México y Francia suscribieron un convenio por el cual el laboratorio Sanofi Pasteur se comprometió a construir su fábrica de la materia prima del biológico. La instaló en Cuautitlán, estado de México, mientras Birmex en su nueva planta (proyecto frustrado) realizaría la segunda parte del proceso de producción. Con el nuevo contrato plurianual, Sanofi Pasteur construirá la fábrica faltante y se supone que en el futuro se hará la transferencia de la tecnología para nuestro país.