Economía
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Exige garantías para operar

Para la industria del plástico, panorama poco alentador

El rubro, golpeado por la inseguridad y el alza a energéticos

 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de enero de 2019, p. 15

La inseguridad y el aumento de precios de los combustibles marcaron a la industria del plástico en México durante 2018. Para esta actividad el panorama luce poco alentador, debido a la falta de garantías plenas para su operación. Empresarios del sector se han visto forzados a pagar derecho de piso a grupos de delincuentes, pero también por el incremento de 100 por ciento de los energéticos que utiliza para fabricar.

En entrevista, Aldimir Torres Arenas, presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac), indicó que el sector cerró el año con problemas muy serios.

En primer lugar, dijo, no se escapó de la inseguridad, pues no sólo se enfrenta el robo de unidades que transportan mercancías terminadas, sino también las que movilizan materia prima.

“Increíblemente, tenemos que seguir pagando derecho de piso para operar, para tener esa protección aparente que nos ofrecen los grupos de la delincuencia”, destacó.

Interrogado sobre a cuánto ascienden las pérdidas por ese ilícito, comentó que no hay cifra, porque darla a conocer significa enfrentar posibles represalias.

Agregó que lo anterior no se dice porque manejar dinero efectivo es un problema, y los empresarios tienen que buscar la manera de obtenerlo. Sacar mes tras mes una cuota que tenemos que pagar para seguir operando hace complicado el negocio.

Comentó que por el momento no se puede fijar un plazo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero el sector sólo pide garantía de movilidad y de operación, “porque hoy día no la tenemos.

Tengo plena confianza en que las autoridades actuales están concientes de la problemática y trabajan en consecuencia, sostuvo.

Sin embargo, la inseguridad en el país no es el único problema, sino también el incremento en 100 por ciento de los energéticos que utiliza la industria del plástico, es decir, gas y electricidad.

Torres Arenas explicó que, al igual que otras ramas industriales, durante 2018 se presentaron casos de incrementos a las tarifas de energía eléctrica de hasta el doble, pero en otros fue de 120 por ciento.

Comentó que dicha situación restó competitividad, y si bien la primera salida es trasladar el costo al usuario final del producto, eso no fue así.

En ese sentido, comentó que en algunos casos se optó por dejar de producir y revender productos importados. Estamos aniquilando la planta productiva del país. Lo mejor es tenerla para generar empleos y no sólo para vender, porque en una planta de plástico trabajan 500 o mil personas, pero en una de importación unas cinco, comentó.