El titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Julio Sánchez y Tépoz, advirtió en el Senado que en caso de que se despenalice por completo el consumo y producción de mariguana, como propone Morena, el reto es crear una regulación adecuada desde el punto de vista de salud pública y de prevención, sobre todo en lo que se refiere al autocultivo y el uso lúdico de esa yerba.

La comparecencia del funcionario se dio antes de la presentación –mañana– de la iniciativa elaborada por Olga Sánchez Cordero y respaldada por toda la bancada de Morena, para permitir que se cultive, comercialice y distribuyan la cannabis y sus derivados para uso personal, medicinal e industrial.

La iniciativa incluso se revisó y se redujo de 40 a 30 gramos la cantidad de mota que cada persona puede portar. Por ello, la mayoría de las preguntas de legisladores de todas las fuerzas políticas se dirigieron a ese tema. Sánchez y Tépoz resaltó que a finales de octubre se publicaron los lineamientos en materia de control sanitario de la cannabis y derivados de la misma, con el propósito de regular el uso de esa droga para fines médicos y de investigación científica, así como sus usos industriales.

Recordó que la reforma de 2016 que permitió la importación de medicamentos derivados de la droga, luego de más de 90 años de prohibición, originó que la Cofepris reglamentara el uso de esos productos para evitar riesgos a la salud, por lo que la nueva reforma tiene ya una base para su operación.

Detalló que a la fecha, la Cofepris ha emitido 351 permisos de importación para uso personal de mariguana y 10 más por mandato judicial, y tanto la probable reforma propuesta por Morena como la industria nueva que está surgiendo a escala mundial pueden representar una importante área de oportunidad para las empresas y la seguridad de México.

Asimismo, Sánchez y Tépoz expuso que la posibilidad de que en México se produzcan los medicamentos derivados de la mariguana podrá abaratarlos. Explico que donde habrá que decidir es cuántas semillas podrán importarse para producir la planta en el país. Sin embargo, los retos están en establecer sistemas de prevención a las adicciones, ya que se abrirá la puerta a que la cannabis pueda ser usada en diversos aspectos de la vida diaria de las personas.