Hace un mes el Consejo Mundial de Boxeo ordenó una pelea eliminatoria para ganar el derecho de disputar el título superpluma. Los contrincantes serían Francisco Bandido Vargas y Eduardo Rocky Hernández.

La experiencia de Bandido, con una trayectoria en el mercado estadunidense y con combates memorables, lo hacen dudar sobre lo remoto de enfrentar a un peleador joven, como Rocky, y con poco cartel.

No es soberbia, dice Vargas; “pero yo piqué piedra durante mucho tiempo. No subestimo a Rocky, lo reconozco, pero yo busco rivales con mayor trayectoria que me puedan generar mejores ganancias”.

Bandido perdió el campeonato mundial superpluma ante el actual monarca, Miguel Berchelt. Lo que esperaba era la revancha, pero el organismo decidió dirimirlo con una eliminatoria. Un proceso que Vargas no recibe del todo con agrado.

Soy ex campeón, creo que sería interesante una revancha, porque además ambos hemos peleado en Estados Unidos y eso es importante, dice Vargas; si Berchelt no quiere darme la revancha, creo que debo buscar opciones que me resulten más convenientes. Bandido reconoce que existe interés del campeón superpluma de la AMB, Alberto Machado, de exponer su título y que hay conversaciones en marcha. El monarca boricua es promovido por el ex campeón Miguel Cotto, lo cual sugiere probabilidades para convertirse en un cartel con buena proyección.

“No quiero parecer arrogante, pero con Rocky la oferta no es tan interesante”, dice con sinceridad Vargas. Si ellos me ofrecen una cantidad de dinero mayor a la que ganaría con Berchelt o Machado, pues lo tomaría, porque esto, además, es un negocio.