Domingo 4 de noviembre de 2018, p. 4
La búsqueda de los migrantes centroamericanos que han desaparecido durante su paso por territorio nacional ha sido una labor realizada con amor y esperanza
por los propios familiares de las víctimas y por organizaciones civiles, ya que los gobiernos de los países de la región –incluido México– no han aportado casi nada, denunciaron padres y hermanos de los trabajadores internacionales sin documentos.
Durante el segundo día de actividades del Foro Social Mundial de las Migraciones 2018 –que llega a su fin este domingo en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco–, integrantes de la Asociación de Familiares de Migrantes Desaparecidos de Guatemala (Afamideg) compartieron algunas de sus experiencias al buscar a sus seres queridos en México.
Baudilio Castillo, cuyo hijo del mismo nombre fue asesinado en la masacre de San Fernando, Tamaulipas, en 2011, contó que su familia pasó años antes de poder organizarse para buscar al joven, sin que nadie los orientara sobre los derechos que tenían para exigir su búsqueda a las autoridades de Guatemala y México.
Del gobierno casi no hay respuestas, por eso nos reunimos entre nosotros para buscar a nuestro hijo y también para ayudar a otras personas que están pasando por lo mismo
, a través de la documentación de casos y la petición de ayuda a organismos civiles de varios países, narró.
Lorena Morales, cuyo hermano también perdió la vida en su intento de llegar a Estados Unidos, coincidió en que son las familias de los desaparecidos quienes deben asumir la tarea de buscarlos, pues las autoridades guatemaltecas incluso regañan a algunas víctimas y les dicen que ellos no tienen la culpa
de que sus seres queridos hayan migrado.
Por su parte, Román Coc Tomás destacó que la Afamideg –que integra a más de 150 familias– surgió entre 2016 y 2017, justo por la falta de apoyo de los gobiernos de la región para buscar a sus seres queridos. Una de sus principales tareas, dijo, fue dar información básica a los padres y madres de los desaparecidos sobre cómo denunciar los casos y solicitar el respaldo de organizaciones internacionales.
Para facilitar la búsqueda, enfatizaron, es de vital importancia que los gobiernos de México, Centroamérica y Estados Unidos creen un banco de datos del ADN de los cuerpos de migrantes fallecidos, y que no cremen sus restos, porque al hacerlo muchas veces se pierde la última posibilidad de identificarlos.