El Cairo. Las autoridades de Yemen dificulta la entrega y distribución de la necesaria ayuda humanitaria en el país, denunció el jefe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la región y advirtió que obstaculizar estas labores podría acelerar las condiciones de hambruna.

Tres cuartas partes de los 29 millones de habitantes de Yemen padecen inseguridad alimentaria, 1.8 millones de niños sufren malnutrición y 400 mil menores de cinco años están en la peor fase de desnutrición.

Las respectivas autoridades no nos están permitiendo hacer nuestro trabajo tan rápido como deberíamos, apuntó el director regional de Unicef, Geert Cappelaere. Su visita a la arrasada ciudad portuaria de Hodeida y la capital, Saná, coincidió con el recrudecimiento de los combates y los bombardeos aéreos.

Cappelaere aseguró que ni las autoridades yemeníes ni los responsables de los rebeldes chiítas, conocidos como hutíes, cooperan. Agregó que el llamado de Estados Unidos para un alto al fuego es imprescindible para terminar con una brutal guerra.

El director de Unicef denunció que no puede llevar a Yemen a mejores expertos en nutrición por la demora en la concesión de visas y las agencias de ayuda tienen problemas para recibir suministros a tiempo por los impedimentos burocráticos. Además, criticó a las autoridades con otros intereses por crear retrasos en la llegada y entrega de suministros, sin ofrecer más detalles.

La mayoría de las agencias de ayuda operan en territorios controlados por los hutíes donde las milicias imponen restricciones de movimiento y obligan a usar sus listas de beneficiarios.

Yemen está en guerra desde marzo de 2015, cuando los hutíes ocuparon el norte del país y obligaron a exiliarse al gobierno reconocido por la comunidad internacional. Esto provocó que una coalición liderada por Arabia Saudita, para respaldar al Ejecutivo, librara una destructiva campaña aérea en la nación.