yer comenzó el corte en el suministro de agua en la capital del país a fin de realizar reparaciones al Sistema Cutzamala, que abastece del líquido a buena parte de la urbe. Algunas alcaldías de Ciudad de México y más de una decena de municipios del estado de México sufrirán un corte total del servicio en otras la sequía será parcial y en la Gustavo A. Madero, Xochimilco y Milpa Alta se mantendrá el abasto con normalidad. Aunque el sistema será restablecido el próximo sábado 3 de noviembre, se espera que el suministro no se regularizará sino hasta el lunes o el jueves de la semana entrante. Se trata, pues, de una afectación a cerca de 500 colonias y millones de capitalinos, con las molestias e inconvenientes que la situación conlleva.
Es evidente que la suspensión del abasto del líquido es una medida de efectos indeseables pero necesaria para el adecuado mantenimiento de la principal fuente de agua potable para el valle de México, y para atenuar el impacto de la escasez en la vida cotidiana y económica de los habitantes de la capital se ha realizado en semanas y días previos una importante campaña de información; se anunció también el abasto de agua a las zonas más afectadas por medio de pipas y cabe esperar que el operativo previsto resulte suficiente.
Un aspecto que debe cuidarse es que se dé prioridad con esta medida a los barrios y colonias en los que predomina la falta de cisternas y sistemas de almacenamiento, a diferencia de lo que ocurre en las áreas más prósperas, en donde la mayor parte de las casas unifamiliares, condominios y edificios cuentan con depósitos subterráneos capaces de aminorar los efectos de la suspensión del servicio.
Por otra parte, cabe esperar que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) cumpla con su promesa de asumir una conducta implacable
en contra de aquellos negocios que pretendan lucrar en forma desmedida con la carencia de agua, así como trabajar de manera coordinada con las autoridades capitalinas y con las mexiquenses para vigilar que no haya incrementos coyunturales a los precios establecidos.
Es pertinente recordar, a este respecto, que está prohibido vender el agua, y que el cobro ha de realizarse únicamente por el concepto de transporte del líquido.
Por último, resulta deseable que los días próximos sirvan al menos para que se avance en el desarrollo de una conciencia ciudadana del ahorro de agua y de una cultura hídrica y ambiental en general, las cuales son necesarias en el país y en el planeta en general, pero con acuciante urgencia en entornos amenazados por la insuficiencia del líquido, como es el caso de la región metropolitana del valle de México.