La presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Alexandra Haas Paciuc, destacó la solidaridad que han mostrado los ciudadanos chiapanecos con la llegada de la Caminata migrante.

En entrevista, señaló que si bien antes de que los centroamericanos entraran a territorio mexicano el impacto de la noticia dejó opiniones a favor y en contra, las de tipo negativo se disiparon cuando los ciudadanos entendieron quiénes son y qué necesidades tienen.

Haas Paciuc dijo que en un inicio las redes sociales estuvieron bastante virulentas y discriminatorias, pero eso ya ha disminuido. No obstante, el Conapred se mantiene vigilante de que el discurso de xenofobia no se anide en el público y que ocasione actos de discriminación.

Indicó que el consejo mantiene comunicación con agencias de la Organización de Naciones Unidas, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como con autoridades federales y locales para atender a los migrantes.

Nosotros estaremos en acompañamiento específico para el tema de xenofobia y obviamente vigilantes de toda la situación.

La titular del Conapred informó también que diseñan una campaña para contrarrestar el discurso antimigrante y se mantendrán atentos a los actos de ese tipo al verificar redes sociales y buscarán vinculación con organizaciones de la sociedad civil para que los alerten de esas situaciones.

También realizarán una supervisión en los medios de comunicación con el fin de detectar cobertura periodística que estigmatiza. También ser hará algo de labor preventiva al acercarnos con ellos.

Resaltó la importancia de contar las historias de los migrantes y entender sus motivaciones que, insisto, no son distintas a cualquiera de nuestros parientes que se fueron a Estados Unidos.

Haas Paciuc estuvo en Chiapas el lunes y martes de la semana pasada y pudo ver de cerca la movilización; agregó que desde su experiencia los migrantes que se dirigen a Estados Unidos en ese grupo son personas que no quieren nada distinto de lo que cualquiera desea: no vivir en un contexto de violencia estructural, vivir en un lugar donde puedes tener un trabajo y donde sus hijos pueden ir a la escuela.