Las causas por las que una persona abandona su lugar de origen son múltiples. Se estima que 258 millones de personas –de las cuales 36.1 millones son niños– son población migrante. Muchas de ellas buscan una oportunidad para acceder a una mejor calidad de vida, pero también huyen de los conflictos, la violencia y la violación a sus derechos humanos, advierte la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas.

El organismo destacó que hoy se registra el mayor número de migrantes en la historia. Al inicio del siglo XXI, se estimó que 173 millones de habitantes abandonaron sus países de origen, cifra que aumentó en 85 millones en casi dos décadas.

Entre quienes se ven obligados a migrar, destacó que hay 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, entre las que se incluyen 25 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y más de 40 millones de desplazados internos.

De acuerdo con la OIM, en 2015 la cifra de migrantes alcanzó 244 millones de personas, pero dos años más tarde, se incrementó a 258 millones. De ellos, 48 por ciento son mujeres, es decir, 124.8 millones, además se calcula que hay 150.3 millones de trabajadores migrantes y 4.4 millones de estudiantes internacionales.

Asia es la región que acoge al mayor número de migrantes internacionales (31 por ciento); le sigue Europa (30), América Latina y el Caribe (26), África (10) y Oceanía (3 por ciento).

En un esfuerzo por garantizar una migración segura, humanitaria y respetuosa de los derechos humanos, la Organización de las Naciones Unidas promovió la Declaración de Nueva York para los refugiados y los migrantes, que permita la aprobación de un Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, que podría aprobarse en diciembre próximo durante la conferencia intergubernamental sobre migración internacional.

Los ejes centrales incluyen proteger los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes como un compromiso de las naciones; asegurar que los niños refugiados y migrantes puedan estudiar pocos meses después de su llegada a otra nación; prevenir la violencia sexual y de género en la población migrante y refugiada; frenar la detención de niños para determinar su estatus migratorio; y apoyar a los países que rescatan, reciben y acogen a un gran número de refugiados y migrantes.

También se busca que los ­Estados condenen enérgicamente la xenofobia contra este sector de la población y que se apoye una campaña mundial para combatirla; además de reforzar la contribución positiva de los migrantes y refugiados al desarrollo económico y social de los países de acogida, entre otras medidas.