El futuro titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer Falcón, indicó que en el caso del Tren Maya, así como en todas las obras y megaproyectos, se tendrá que realizar un proceso de consulta participativa con foros y debates, similares a los que se realizan con el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

La consulta participativa se refiere a procesos democráticos y espacios de consulta, debate y análisis, y no necesariamente deben pasar por las urnas, explicó en entrevista al concluir el foro Impacto urbano y de suelo del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, realizado en el Club de Periodistas.

Destacó que además de evaluar ventajas y desventajas de las opciones del NAIM –Texcoco y Santa Lucía– se debe mejorar la participación ciudadana en la gestión del territorio. Aseveró que se pide a la ciudadanía que se sume a un proceso participativo con su opinión, no sólo técnica, sino social: no es un tema fácil, es complejo. Es un arco iris, no es blanco y negro. En cualquiera de las dos opciones que se defina con la consulta de la semana próxima, se trabajará con la ciudadanía.

En relación con el nuevo aeropuerto, especialistas señalaron la falta de planeación urbana. En su intervención, Ligia González de Alba, del Programa Universitario de Estudios Metropolitanos, sostuvo que el proyecto de Texcoco tendrá un efecto de ondas expansivas, producirá crecimiento en la periferia e impactará en servicios como drenaje y agua. Se debe preparar a la ciudad para el cambio, para que funcione, y no tiene planeación, se esta haciendo sobre la marcha.

A su vez, Roberto Eibenschutz, especialista de la UAM Xochimilco, se refirió a que Ciudad de México es vulnerable, hay problemas acumulados a lo largo de la historia, se construyó sobre un lago, hay grandes carencias de agua y es una zona sísmica. Con la posibilidad de una enorme inversión hay que pensar cuál es el mejor lugar, cualquiera genera efectos colaterales, una inversión de este tipo podría generar desarrollo para un crecimiento distinto al que se ha dado, que ha sido hacia el norte y oriente de la ciudad, en la zona del lago.

Se debe tomar en cuenta que Ciudad de México produce entre 30 y 40 por ciento del producto interno bruto, dijo Dolores Franco, urbanista de la UNAM. Y se preguntó ¿Qué pasa si se rebasa su nivel de conectividad? Hay que reconocer que es la única megalópolis mexicana que pertenece al sistema urbano global, con ciudades como Shangai o Nueva York. Reconoció que en el caso de Texcoco lo que faltó fue planeación, algo que a los gobiernos les parece engorroso; si se hubiera hecho se mitigarían los efectos que se tienen.